Imperio Argentina
Imperio Argentina
Imperio Argentina y Carlos Gardel
Imperio Arrgentina(centro) con Juanita Reina, Rocio Jurado, Maria Vidal y Nati Mistral
Imperio Argentina: Magdalena Nile del Río (Imperio Argentina), nació el 26 de enero de 1910, en la populosa calle de Chacabuco de Buenos Aires (Argentina), hija de negociante gibraltareño Antonio Nile y de la malagueña Rosario del Río. Contando solo dos años ya actuaba en fiestas familiares, manifestando su amor por el cante y el baile. Trasladada la familia a Málaga, donde vivió hasta los diez años, comenzó su formación artística. En Madrid actuó en el teatro de la Comedia, bautizándola Pastora Imperio, que asistió al debut, con el nombre de Petit Imperio. Tras este éxito marcha a Hispanoamérica, recorriendo victoriosamente Chile, Bolivia, Panamá, Colombia, Cuba y Perú, donde su entonces presidente, Augusto B. Leguía le obsequió con un artístico pergamino policromado. En Perú conoció a Benavente, que acababa de recibir el Premio Nobel, habiéndosele comunicado en Lima, tras la función que la compañía de Eugenia de Zúffolo y José Bódalo hacían en el limeño teatro Colón. La joven artista actuó de fin de fiesta, obsequiándosela con una gran muñeca. Don Jacinto, al verla actuar le dijo: “tu te tienes que llamar como dos grandes del arte: Imperio por Pastora y Argentina por Antonia Mercé, la Argentinita”.
De regreso a Argentina y tras haber popularizado dos canciones de moda en
aquellos tiempos: Danza Imperio y Mirando a España, continuó sus lecciones de cante y baile con los maestros Manella, Bayarre y Codoñer, del que estrenó el famoso recuerdo chileno, con el que alcanzó gran éxito, así como otras canciones americanas de su repertorio, compuestas por zambras, cuecas y tangos.
Tras su triunfo en los teatros Porteño, Magestic, Empire y otros de Buenos Aires, decide volver a España, por su propia cuenta, embarcando en el trasatlántico Oropesa, del que desembarcó en Santander el 26 de agosto de 1923.
Pero como en España no se conocían aún sus éxitos americanos, tuvo ciertas dificultades para actuar, hasta que fue contratada como atracción de un espectáculo de variedades, contando 15 años, en el Teatro Romea, de la antigua calle de carretas, en compañía de su hermana Asunción, que actuaba como bailarina y que, retirada de la escena, aunque dentro del mundo artístico, llegó a ser una excelente secretaria de rodaje.
Con su nuevo nombre, Imperio Argentina, interpretó diversas canciones y tangos de su tierra, así como varios números andaluces, acompañándose ella misma a la guitarra, junto con su padre.
Tras su éxito en Madrid, actúa en Barcelona, en los mejores escenarios: El Principal Palacio, Coliseum y Eldorado, triunfando con sus cuplés cañís y sus tangos argentinos.
A Pesar de su juventud, Imperio era ya una gran artista, pues había hecho unos cursos de bailes clásico con la Pavlova y de baile flamenco con el padre de La Argentinita, siendo descubierta, cuando actuaba en el Romea, por Florián Rey, que buscaba una actriz inteligente y fotogénica, para que interpretase el papel principal de La Hermana San Sulpicio, y que representase entre los 14 y los 23 años.
Florián quedó prendado de la voz de Imperio, que cantaba admirablemente esos tangos arrabaleros, esas canciones cubanas o esas tonadillas andaluzas con tanto estilo y gracia… Por esta razón, la eligió para rodar esta versión muda, bajo el refrendo de don Armando Palacio Valdés, cobrando, en 1928, veintiséis mil pesetas, “el sueldo mas grande que se había ganado en el cine español”, según afirmó la propia actriz.
Este mismo año realizó también Amor solfeando, Los claveles de la Virgen, con
Valentín Perera: Corazones sin rumbo, en Alemania, siendo el realizador Benito Perojo, y Cinópolis, ya en 1930, y rodada en París con Tony D’Algy, y en donde aparece Imperio por primera vez como cancionista, alcanzando gran éxito con aquella adorable canción: Dorita, que cantaba admirablemente.
Del 5 al 9 de diciembre de 1929, en plena Exposición Iberoamericana, y en el entonces llamado Teatro de la Exposición, actuó Imperio, tras el paréntesis cinematográfico, destacando el crítico de ABC su estilo gentil y su talento: Imperio Argentina –decía el comentarista sevillano-, una muchachita menuda, modosa y graciosa, es una de las artistas que en la actualidad cultivan con éxito el cuplé. Sabe darle a la liviana cancioncilla intención, emoción y picardía, y para distinguirse del montón de innúmero de las tonadilleras conocidas y sufridas, tiene hasta una voz agradable y perceptible”.
En 1930, dirigida de nuevo por Florián, interpreta El profesor de mi mujer, primera película sonora, junto al galán Valentín Perea. Al año siguiente, y contratada durante cuatro años por la Paramount, filmó Su noche de Bodas, de la que se realizaron ocho versiones en distintos idiomas. Por estos años rodó también con Florián, entonces asesor de la Paramount, el corto Buenos días, y otro de su hermana Asunción, autora además de las canciones –“cursis, pero muy bonitas”, según afirmó Imperio-, que llevaba su repertorio, vendiéndose multitud de discos. En 1931 interpreta Lo mejor de reír, dirigida por E. W. Emo y Florián Rey, así como el corto, junto al galán de moda, Maurice Chevalier: El cliente seductor, en versión española, y ¿Cuando te suicidas?, cortometraje dirigido por Manuel Romero y rodado en París.
De nuevo, y ya en 1933, enllamada para protagonizar la mediocre cinta Melodía de arrabal, junto al popular y malogrado tanguista Carlos Gardel, Cantando juntos la zambra argentina Caminito campero, de gran impacto.
En 1934, producida por Cifesa y dirigida nuevamente por Florián, se hace la versión sonora de La Hermana San Sulpicio, con música de Joaquín Turina y Juan Quintero, estrenándose en Madrid el 18 de octubre. Fue un éxito extraordinario tanto en España como en Hispanoamérica, gozando de la difusión del cine norteamericano, siendo ya como una puerta abierta para la industria cinematográfica española y la consagración definitiva de Imperio Argentina como actriz y como cantante, singularmente, al interpretar sus propias canciones, como las Sevillanas Imperio, con letra de Quintero y de Florián Rey, con el que, tra haber rodado juntos diez películas, surgió un romance de amor, contrayendo matrimonio el director y la artista en 1934, separándose con el tiempo.
Este mismo año rueda dos nuevas películas con Florián: Romanza rusa, junto a enrique Vico –corta, pero de gran éxito- y Nobleza baturra, con Miguel Ligero y Juan de Orduña, y en donde Imperio demuestra sus cualidades de actriz dramática, de excelente bailarina y de notable tonadillera, en la canción Bien se ve, de F. Rey, Martínez y J. Rivera; cantando además, durante la escena de la siega, y con maravilloso acento maño –que aprendió in situ, de sus cuñadas-, una jota del siglo XVIII que es todo un monumento musical.
Otra gran creación de Imperio Argentina, en su doble vertiente de actriz cómica y cancionista, fue Morena clara, junto a Miguel Ligero y Manuel Lama, estrenada en Madrid en 1936, y en donde interpretó inolvidables canciones, como las graciosas bulerías Échale guindas al pavo, de Cantabrana, Perelló y Mostazo, o esa zambra de gran impacto sensorial y sentimental: Falsa monea, de los mismos autores.
Alcanzó también gran popularidad la canción de Quintero, Guillén y Mostazo El día que nací yo, que recitaba extraordinariamente la genial actriz sevillana Carmen Díaz.
A los pocos días de haber marchado a París el matrimonio, estalló en España la Guerra Civil, habiendo quedado su hijo en Madrid, con el que afortunadamente pudieron reunirse poco después en la capital del Sena. Ellos pensaban preparar el rodaje de La casta Susana, pero la guerra rompió todos los planes. Entonces permanecieron cuatro meses inactivos y, de pronto, un contrato para La Habana, a donde marcharon. En Cuba inauguró Imperio el Teatro América, cantando canciones americanas y españolas, como la zambra argentina Sanjuanina de mi amor, de Pérez Freire; el tango Inocencia, de Simona, y, especialmente ese tango de León y Quiroga, con fondo de guitarra: Rocío, donde Imperio se identifica con el desamor de la mocita sevillana.
Así las cosas, les llegó un telegrama del distribuidor de sus películas en Alemania, comunicándole que hitler había visto Nobleza baturra varias veces y deseaba que se reintegrasen a la cinematografía alemana, invitándolos, a través del ministerio de Propaganda. Imperio y Florián aceptaron, con la condición de no hacer política ni personal ni cinematográfica.
En Berlín se encontró Imperio con el gran artista Andrés Segovia. Poco después fue recibida por Goebbels, ministro del Reich, que les proporcionó una entrevista con el Führer para el día siguiente. Imperio se aprendió un saludo alemán de memoria, que lo lanzó en la Chancillería. “Al terminar –según declaraciones de la propia estrella-, le dije a Hitler, que no sabía nada más del idioma. Se echó a reír y la visita prevista, de quince minutos, se convirtió en hora y media. Fuera, le esperaba la guardia personal, para marchar a su finca Nido de Águilas, cerca de Munich, donde solía descansar los fines de semana. Los hizo esperar mas de una hora”. Se quiso llevar al cine, encarnándola Imperio, la vida de la tumultuosa Lola Montes, amante del rey Luis de Baviera, pero cuando iba a comenzar el rodaje “se le ocurrió a Goebbels una Lola Montes actual, a favor de los estudiantes nazis. Una mujer revolucionaria que los instigaba a luchar contra varios países. Fue en ese momento cuando dije: No, Esto provocó mi ruptura con Goebbels..”.
Sin embargo si rodó, en 1938, dos películas en Alemania: Carmen la de Triana, de la que se hicieron dos versiones, española y alemana, junto a Rafael Ribelles y Manuel Luna, con música de José Muñiz Molleda, Juan Mostazo y Hanson Milde, interpretando Imperio una serie de canciones de Perelló y Kola –García Padilla- como las preciosas bulerías Los Piconeros, de Perelló y Mostazo, y la bellísima canción aflamencada: Triana, Triana, de García Padilla y Mostazo, sentimental y nostálgica, con acompañamiento de orquesta y guitarra de fondo.
Tras alcanzar un extraordinario éxito popular en toda Europa y América, rodó, seguidamente, La canción de Aixa, con Manuel Luna. Ya estaba Imperio y Florián un poco distanciados: ella quería ya separarse. La relación entre ambos era muy difícil, casi insoportable, aunque Imperio no dejaba transmitir sus sentimientos en pantalla, siendo esta película el final de una etapa sentimental y artística entre ambos. En ella interpretaba Imperio esa bellísima canción muy orquestada y que tanto le gustaba a ella: Alambra y tú, lenta, suave, romántica, sobresaliendo la voz fina y deliciosa de Imperio.
En 1940, y dirigida por el alemán Kart Koch, rueda en Roma la película Tosca, siendo el ayudante de dirección el joven Luchino Visconti, junto a Michel Simon y Rossano Brazzi, en donde no cantó Imperio las arias de la ópera, que se doblaron, pero sí unas canciones muy antiguas de Giordano. De vuelta a Madrid interpreta, de nuevo con Rafael Ribelles y Armando Calvo: Goyesca, con Música de Enrique Granados y Muñoz Molleda –y canciones de León y Quiroga-, estrenándose en el madrileño Palacio de la Música, el 9 de octubre de 1942, obteniendo diversos premios sindicales.
Al volver a Argentina rodó tres películas, actuando en los intervalos de las mismas en diferentes programas radiofónicos. En 1945, ya en España y con José Luis Sáenz de Heredia, interpreta Bambú, con música de Ernesto Halfter, junto a Luis Peña y una jovencísima Sarita Montiel.
Al año siguiente rodaría en Argentina La maja de los cantares, película que alcanzaría notable éxito, que también le llegó con Lo que fue de la Dolores en 1947, con Benito Perojo, y estrenándose en Madrid con el título de La copla de la Dolores. A raíz de la grave enfermedad de su madre, residente entonces en Sevilla, vuelve de Buenos Aires y en 1948, dirigida de nuevo por Florián Rey y con argumento y diálogos de José María Pemán, interpreta la película La cigarra, junto a Miguel Ligero y Marujita Díaz, muy joven por aquel entonces, y en la que también participaba su hermana Asunción como secretaria. Fue en esta película donde cantaría esa hermosa canción argentina de Atahualpa Yupanqui: Los ejes de mi carreta.
De vuelta a Argentina interpretó en 1951: Café cantante, dirigida por Antonio Momplet, estrenándose en Madrid tres años mas tarde. Por estas fechas, participó en la inauguración de la Televisión Argentina, interpretando sus mas famosas canciones españolas.
Tras unos años de inactividad cinematográfica, aceptó interpretar, después del éxito obtenido en la radio, la novela de Guillermo Sautier Casaseca: Ama Rosa, dirigida por león Klimovski, junto a Germán Cobos y Elena Barrios. Fue, quizás, el reencuentro de la gran artista con el cine, pero en una desafortunada película, de la que dijo el jocoso Álvaro Retama: “Nuevamente en España, tuvo la fatal ocurrencia de protagonizar Ama Rosa, esperpento cinematográfico para marmotas, analfabetos, porteras de extrarradio y demás gente indocta”.
En 1996 intervino en la película: Con el viento solano, dirigida por Mario Camas, y en la que encarna magistralmente el papel de la madre gitana de Antonio Gades. Imperio Argentina, dulce y susceptible, plena de amor y esperanza, elogiada por Palacio Valdés, Benavente, Colette y Tennesse Williams, fue la segunda española, tras Raquel Meller, que triunfó auténticamente en el Carnegie Hall, con esa canción melódica y tan española –seguidillas castellanas- de León y Quiroga: ¡Olé catapún!... con orquesta y castañuelas y el teatro se vino abajo, porque con su gracia, su estilo su belleza y su arte; con esos ojos pardos y esos cabellos castaños, ha sido y sigue siendo, una auténtica actriz de la canción, que ha llevado el nombre de España por el universo mundo, bien con sus canciones argentinas, bien con sus melodías españolas, como los pasodobles ¡Ay Maricruz! Y Maria de Carmen de Valverde, León y Quiroga; las sevillanas Repique, de Ochaita, Valerio y Solano, o con esas bulerías de Oliva y Mostazo: Carceleras del Puerto, en las que manifiesta las angustia del amor.
Durante la Expo92 de Sevilla, actuó en el espectáculo Azabache, junto a Rocío Jurado, Juanita Reina, María Vidal y Nati Mistral.
El 21 de agosto del año 2003, Imperio Argentina, fallecía en su casa de Benalmádena provincia de Málaga, a los 92 años de edad.