viernes, 19 de diciembre de 2008

Alfredo Gobbi

Alfredo Gobbi
Alfredo Gobbi en 1957

Alfredo Gobbi
La orquesta de Alfredo Gobbi, en setiembre de 1943. De izq. a dere.: Fernando Cabarcos(bajo), Lalo Benítez (piano), Pablito Lozano y Walter Cabral (cantores); y Alfredo Gobbi bandoneones:Roscini.Ponzoni, Núñez y otro fueye no identificado; violines: Julián Ortiz, Emilio González y Singla.


Alfredo Gobbi
Alfredo Gobbi en 1956

Alfredo Gobbi
Alfredo Gobbi dirigiendo su orquesta en la confitería Patio de Tango, en 1963. El cantor es Alberto Hidalgo, entonces rebautizado por Gobbi, Roberto Ariel. Entre los músicos: Mario Demarco, Alberto Garralda y Aquiles Aguilar.

Alfredo Gobbi
Alfredo Gobbi en la Confitería Richmond (1957).

Alfredo Gobbi
Alfredo Gobbi con los cantores de su orquesta en 1949: a la derecha, Ángel Díaz; a la izquierda, Jorge Maciel.


GOBBI, Alfredo Julio Floro, Músico. Violinista. Pianista. Director. Compositor. Arreglador.
1. Personalidad. Creador y cultor de un estilo de fundamental trascendencia entre las mayores expresiones instrumentales de su género, cuya concepción y promoción compartió originariamente con Osvaldo Pugliese, Elvino Vardaro y Aníbal Troilo, a quienes lo unió en lo sustancial una idéntica manera de sentir y de expresar el tango. Fue una especie de místico porteño. Y bajo esa suerte de perspectiva religiosa con que vivió la ciudad y cruzó su noche, su música, en la muy rica diversidad de facetas que concurrieron a perfilarla, cobró la peculiaridad que la hizo inconfundible. Invariablemente, concebía sus arreglos orquestales en el piano —del cual fue ejecutante de rara calidad expresiva—, influido estéticamente desde sus comienzos por la personalidad de Julio De Caro. Ésta, en muchos aspectos de la interpretación, y la de Carlos Di Sarli en la presencia "milonguera" de la marcación rítmica, fueron dimensiones capitales de su labor de intérprete plasmada sobre esa base con toda originalidad en realizaciones como las que alcanzó con Puro apronte, El africano, Pelele, Nueve puntos, El incendio, Si sos brujo, Qué noche, Chuzas y de sus propios tangos Orlando Goñi, El andariego, Camandulaje, Redención, melódica, armónica, contrapuntística y rítmicamente asociados éstos a su modalidad de arreglador y de director. En sus versiones orquestales alcanzó igual relieve su tarea violinística, también de raíces "decareanas", tanto en su sentido eminentemente conductor —cuando su orquesta íntegra cobraba el sabor, la sonoridad y se ordenaba bajo el fraseo de su violín— como en sus solos. Ejecutante de invariable buen gusto, profundamente emotivo y con el arco "lleno de tango", dejó pasajes solistas de auténtica maestría, como los que realizó en Si sos brujo, Pelele, Entrador y Orlando Goñi. Músicos de muy destacada actuación se formaron con él y sintieron la gravitación de su estilo: Mario Demarco, Raúl Garello, César Zagnoli y Osvaldo Piro, entre ellos.
2. Vida. Nació en París el 14 de mayo de 1912, encontrándose sus padres Alfredo Gobbi y Flora Rodríguez en Europa, enviados por la casa Gath y Chaves para la grabación de discos populares juntamente con Ángel Villoldo, quien fue su padrino. Llegó a Buenos Aires a los seis meses de edad. Su niñez transcurrió en el barrio de Villa Ortúzar. Inició los estudios de música a los seis años bajo la orientación de su hermanastra mayor, cursando luego violín con el maestro Natalio Carnini. A escondidas de su padre vendía naranjas por la calle para costearse el boleto de tranvía y la entrada al Select Lavalle, donde tocaba el sexteto de Julio De Caro, su gran pasión artística desde la primera hora. Actuó luego en tríos y cuartetos para amenizar bailes de patio, debutando formalmente en el tango como violinista de la orquesta del pianista Luis Casanova en el salón del centro Italia Unita. A los catorce años integró la orquesta del Teatro Nuevo, dirigida por Antonio Lozzi, mientras cursaba estudios superiores de violín. En 1927 for-mó parte del conjunto de Juan Maglio durante la actuación de éste en el Pabellón de las Rosas, desempeñándose posterior y sucesivamente, en los de Carlos Trigall, Roberto Firpo, Manuel Buzón, Anselmo Aieta y Mario Pardo, recibiendo su espaldarazo como profesional en el sexteto Vardaro-Pugliese en el cine Metropol, juntamente con Aníbal Troilo, a quien se confió entonces el segundo bandoneón de esa agrupación. Los directores Alberto y Osvaldo Pugliese, Joaquín Do Reyes, Pedro Laurenz, Nicolás Vaccaro, Armando Baliotti y Pintín Castellanos—éste en Montevideo— contaron con su aporte de ejecutante y de arreglador, alternando con diversas y fugaces tentativas como director. La definitiva entre éstas fue la de 1942, cuando fue presentado en la boite Sans Soucí. Comenzó a grabar en 1947, registrando desde entonces con La viruta y La entrerriana, su primer disco hasta 1957, para los sellos Víctor y Orfeo, dieciséis versiones de tango instrumental incorporadas ya a la mejor antología del género; y en un plano de menor interés, numerosas realizaciones de tango cantable con los vocalistas Carlos Heredia, Carlos Almada, Jorge Maciel, Pablo Lozano, Tito Landó, Alfredo del Río, Carlos Yanel, Oscar Ferrari, Ángel Díaz, Héctor Coral y otros. A partir de 1957 su labor como director se hizo discontinua aun-que siempre en el mismo nivel de jerarquía.
Desde entonces alternó esa tarea con actuaciones como solista de piano en algunos locales nocturnos del Once. Además de sus composiciones ya mencionadas, dio a conocer, en idéntico plano valorativo de imaginación musical y original tratamiento armónico, MÍ paloma, Desvelo, Cavilando, Redención, De punta y hacha, Antojos, El último bohemio (dedicado a Pichuco) entre los instrumentales; Cuando llora mi violín. Tu angustia y mi dolor, Un tango para Chaplin, Cuatro novios y Soy el cantor de la orquesta, entre los cantables. Eduardo Rovira le dedicó su tango El engobbiado; Aníbal Troilo otro titulado Milonguero triste y Astor Piazzolla su Retrato de Alfredo Gobbi. Falleció en Buenos Aires el 21 de mayo de 1965.

Por Horacio Ferrer

jueves, 18 de diciembre de 2008

Ennio Morricone

Ennio MorriconeEnnio Morricone


 Ennio Morricone

Ennio Morricone




Ennio Morricone (Roma, Italia, 10 de noviembre de 1928), es un compositor italiano de música de cine y bandas sonoras.
De pequeño fue compañero de colegio de Sergio Leone con el que más tarde colaboró en casi todas sus películas hasta la muerte de éste. Tras el colegio, ingresó en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma, donde estudió trompeta y composición. Su carrera cinematográfica empezó en los años 60; está aún activo, por lo que es uno de los compositores actuales más prolíficos, con unos 500 trabajos en su haber.

Ha sido muy criticado por unos y muy aclamado por otros, debido a su atípica música, pero ante todo ha sido valiente integrando instrumentos poco comunes entre las grandes orquestas. En el año 1964 tocó en el grupo de improvisación Nuova Consonanza fundado por Franco Evangelisti.

Tampoco ha pasado desapercibida su colaboración con grandes directores como Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Gillo Pontecorvo, Brian de Palma, Marco Bellocchio o incluso Pedro Almodóvar con ¡Átame!.

Es uno de los más conocidos de los compositores cinematográficos, gracias sobre todo a la música de los "spaghetti western", pero también gracias a las bellas melodías de Días del cielo, La misión o Cinema Paradiso.

También ha compuesto obras para series de televisión; entre las más conocidas están Moisés, Marco Polo, La Piovra o El secreto del Sahara.

Compuso la marcha de la Copa Mundial de FIFA Argentina 1978.fuente Fotos de web Ennio Morricone. Biografia Wikipedia

Dulce Pontes

Dulce Pontes
Dulce Pontes

Dulce Pontes
Dulce Pontes


Podía haber sido bailarina, si la escuela de danza no hubiera pensado que a los catorce años ya ere tarde para iniciar una gran carrera. Podía haber sido tan sólo una bonita voz de anuncios si alguien no hubiese descubierto muy pronto que aquella voz servía mejor a la música que a la publicidad.

Dulce Pontes, nacida en Montijo (Portugal) en 1969, ganó el Festival Nacional de la Canción de su país en 1991. Ese mismo año representó a Portugal en el Festival de Eurovisión, donde obtuvo un octavo puesto y el premio a la mejor intérprete. Fue la primera vez que Europa oyó la voz de Dulce Pontes .


Desde aquel instante su vida da un giro. Parte en busca de una identidad propia. Se sumerge en las raíces de la música portuguesa, incluyendo el tradicional fado, considerado entonces como algo trasnochado. Y consigue reinventar lo que parecía muerto. Como demostrarán los años y los discos posteriores, Dulce hace algo más que repetir algo que ya estaba hecho. Su voz luminosa no cabe en ningún estilo que la limite, no conoce fronteras. Su voz y su forma de interpretar constituyen un género propio. Por eso, tanto da que cante rock, fado o una canción de Angola: su estilo es único e inconfundible.


En 1992 publica su álbum "Lusitana" y a partir del año siguiente, con su segundo trabajo, "Lágrimas", se convierte en una ciudadana del mundo. Le siguen "A Brisa do Coraçao" (1995), un doble álbum en directo, "Caminhos" en 1996 y más tarde, tras realizar colaboraciones en discos de Andrea Bocelli o los brasileños Simone y Caetano Veloso, publica "O Primeiro Canto". En ese trabajo, producido por Antonio Pinheiro Da Silva, destacan las colaboraciones del percusionista hindú Trilok Gurtu, el saxofonista Wayne Shorter, las voces de Maria Joao y Waldemar Bastos y la trikitixa de Kepa Junkera.
En el 2003, nos sorprenderá con su nuevo álbum, en el que no deja de lado el estudio musical, la búsqueda de nuevas experiencias con diferentes sonidos, formas e instrumentos. [Fuente:http://www.syntorama.com]

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Alberto Moran Semblanza

Alberto Moran
Alberto Moran
Alberto Moran, Osvaldo Pugliese  al piano y Roberto Chanel con   guitarra
Alberto Moran, Osvaldo Pugliese al piano y Roberto Chanel con guitarra. 1946.


MORAN, Alberto. (Nombre de familia: Remo Andrés Domingo Recagno). Cantor. Com-
positor. Nació en Streve (Italia) el 15 de marzo de 1922. Residió desde niño en Bue-
nos Aires. Comenzó su carrera vocal en la orquesta de Alberto Las Heras durante 1943. Integró luego el conjunto de Cristóbal Herreros cuando la actuación de éste en la confitería La Paz del bajo Belgrano; en 1944, Osvaldo Pugliese lo llevó a su orquesta. En la misma desde su primera grabación fonográfica —el tango de Hornero Expósito Yuyo verde— fue definiendo un estilo en el que pudo advertirse la influencia de Francisco Fiorentino y que fue evolucionando hacia un modo propio a través de versiones como Una vez, Maleza, El abrojito o Príncipe. Registró con Pugliese cuarenta y ocho versiones algunas de ellas en dúos con Roberto Chanel y con Juan Carlos Cobos.
Desvinculado del mencionado director en 1955 continuó su trayectoria como solista, acompañado por la orquesta del pianista Armando Cupo con arreglos de Pascual Mamonne grabando para el sello Pampa y luego de 1968, reeditando viejos éxitos suyos para los catálogos de Víctor. Vendrás alguna vez y Medianoche (de Troilo y Gagliardo) fueron dos de sus más difundidos trabajos en su etapa de figura independiente. Autor de los tangos No quiero perderte, Mientras quede un solo fuelle, Un tormento y Hasta el final. 

Por Horacio Ferrer
Editado y compaginado para la web por El tango y sus invitados

Armando Cupo

Armando CupoDe derecha a izquierda: Armando Cupo (al piano), Ángel Alegre, Jorge Caldara, Hugo Baralis y los cantores Marga Fontana y Héctor Ortiz en Canal 4 de Lima, Perú, el 6 de julio de 1961. Conjunto Estrellas de Buenos Aires.


CUPO, Armando. Músico. Pianista. Director. Compositor. Nació el 26 de diciembre
de 1921. Se inició como director en 1952, conduciendo el marco orquestal del enton-
ces solista Roberto Rufino en actuaciones radiales y en discos Orfeo. Desde 1955, con arreglos de Pascual Mamonne y dentro de una modalidad "apugliesada" y de buena realización interpretativa, dirigió la orquesta del cantor Alberto Morán, grabando para los discos Pampa. Posteriormente, con el bandoneón de Jorge Caldara, el violín de Hugo Baralis y el bajo de Kicho Díaz, integró el cuarteto Estrellas de Buenos Aires, que registró las versiones para Odeón. Ha sido también miembro de las orquestas estables de Radio Libertad y de Radio El Mundo. Compuso: Con este corazón, Una vida más, cantables y Siempre a tiempo, orquestal. Ha sido, también, director de su propio sexteto en Caño 14 y músico fundador del Sexteto Mayor en 1972.
Por Horacio Ferrer
Editado y compaginado por El tango y sus invitados

lunes, 15 de diciembre de 2008

Nina Miranda

Nina Miranda con la Orquesta de Donato RacciattiNina Miranda con la Orquesta de Donato Racciatti


MIRANDA, Nina(Nombre de familia: Nelly María Hunter). Cancionista. Autora. Surgió a la popularidad integrando en Montevideo la orquesta de Donato Racciati, con la cual en múltiples actuaciones y grabaciones para el sello Sondor logró resonantes éxitos populares en sus realizaciones de los tangos Maula, Vencida y Tu corazón. A partir de 1953 se radicó en Buenos Aires, donde se presentó como solista acompañada en sus incursiones radiales y fonográficas enOdeón por la orquesta dirigida por Graciano Gómez. Intérprete de sobria modalidad, fue además autora del tango Canción para mi amor.
Fuente Horacio Ferrer


Reportaje a Nina Miranda por Ricardo Garcia Blaya
Cancionista y compositora(8 de noviembre de 1925) Nombre real: Nelly María Hunter-La llamé por teléfono con el temor que no me diera "boliya". Algún amigo me había advertido que no daba reportajes, que no quería hablar de su trayectoria. Pero ocurrió todo lo contrario. Me presenté, le hablé de la admiración que sentiamos por ella, de lo importante que sería tener su testimonio en Todo Tango y enseguida aceptó y me invitó a su casa en Floresta Norte. Allí fuimos, con mi amigo Pinsón, provisto de un grabador y con cien preguntas para hacerle. Hablar con Nina, a mi criterio la mejor cancionista que nos dio el Uruguay, fue un verdadero privilegio. Esta dama, que en los años 50, cautivó con su canto las dos riberas del Río de la Plata. Dueña de una impostación natural, una voz cristalina, un fraseo suave y expresivo, no tuvo la suerte de tener un acompañamiento acorde a su calidad. No obstante, sus grabaciones tienen el encanto de su fina sensibilidad, de su afinación perfecta, de una personalidad promisoria. Fresca, espontánea, morocha de ojos llamativos color gris-verde, contaba con aquello que nace de la cuna, que no se aprende en ninguna academia, que se tiene o no se tiene. Lamentablemente, por amor a su marido y a su pedido, dejó tempranamente su carrera y así se frustró la que podría haber sido, la gran estrella del tango de la segunda parte del siglo XX.
A mi siempre me gustó cantar. Escuchen esta anécdota: mi mamá era muy católica, devota del Sagrado Corazón de Jesús e iba siempre a misa. Un día me llevó a la iglesia, tenía apenas tres años y yo de pronto me pongo a cantar "Pato, te peinás a la gomina....", hasta que me taparon la boca. Claro, en mi casa se escuchaba mucho la radio y el tango estaba siempre presente y se ve que me pegó esa letra. «A mamá le gustaban Irusta y Corsini, además de Gardel y Mercedes Simone. También la música española e Imperio Argentina. «Mis padres se mudaban seguido, pero mi adolescencia la pasé en la misma casa en el barrio Cerrito de la Victoria, en la calle Bruno Méndez 3463. Una vez estaba cantando mientras regaba en el jardín. En eso pasa el padre de una compañera de colegio que era actor de radioteatro y me dice: "¿Así que eras vos la que canta? Lo hacés bien. Tenés que presentarte en algún concurso". Le contesté que era muy chica. Bastante tiempo después se repitió la escena. Miren que memoria, me acuerdo que estaba cantando el vals de Salgán y Carmelo Volpe "A una mujer" (aquí Nina canturrea unos versos). Y apareció el mismo señor y esta vez acepté. Me presenté y gané un concurso que organizaban los Hermanos Dante en la radio. Los días de actuación papá me llevaba a las nueve de la noche, volvía a casa, se acostaba y ponía el despertador a la una para ir a buscarme. ¡Ah! Ya era Nina Miranda. Resulta que a los 13 años fui con mamá al cine a ver "Puerta cerrada", película donde actuaban Libertad Lamarque y Agustín Irusta. Ella hacía el personaje de una cancionista y se llamaba Nina Miranda. A la salida le dije a mi madre, con total seguridad: "El día que yo sea artista, me voy a llamar así".Más tarde, en 1942, gané otro concurso en CX 36 Radio Centenario. El premio era un contrato de tres meses. Alguien me escuchó y me llegó una apropuesta para cantar en una orquesta de señoritas que actuaba en todos lados. Se llamaba "Las Golondrinas" y la dirigía Teresita Añón. Teniamos un repertorio popular, con tangos, milongas y valsecitos. De inmediato hicimos una gira por el sur de Brasil, hasta Porto Alegre. Con el tiempo, otra a San Pablo, con Hilda Sorondo como directora, donde estuvimos seis meses en la boite Okey, que aún existe. En Montevideo nos presentábamos en el Café Palace, que estaba abajo del Palacio Salvo, donde siempre actuaban orquestas de señoritas.Después pasé por varias formaciones. Estuve con Francisco Reinares, Emilio Pellejero, Roberto Luratti, pero sin llegar al disco. Mis primeras grabaciones fueron con Juan Cao. Allí hice dúos con Alberto Bianchi, bastante mayor que yo, quien me ayudó mucho. Me fui haciendo conocer y, en 1948, hice una temporada en el show del Hotel Rambla, con la orquesta de Pellejero, compartiendo la cartelera con Eduardo Adrián, una encantadora persona.
Cantando con Donato Racciatti
¿Cómo llegué a la orquesta de Donato Racciatti? Era 1952 y yo andaba con bronca por la muerte de mi mamá y tenía ganas de irme. Me enteré que mi colega uruguayo Roberto Famá se iba de gira a Brasil. Entonces junté unos recortes publicados sobre mí, con la pretensión que pudiera conseguirme algo en ese país. Como sabía que estaba grabando en Sondor, lo fui a buscar. Mientras esperaba sale de un estudio el director Juan Esteban Martínez, "Pirincho". Se sorprendió al verme y me dijo: "Mirá Negra, llegás justo, aquí hay una mina que me la pusieron y no da pie con bola... ¿Te animás a cantar "Maula"?" Le contesté que nunca lo había hecho. "¡Qué importa. Si vos tenés un oido bárbaro! Te aprendés la música y cantás con la letra adelante". El asunto fue que en 40 minutos lo grabé. Fue un éxito notable. No hubo radio donde no se pasara todos los días, varias veces. A raíz de la repercusión del disco, me llama Racciatti para intervenir en el sainete "Tu cuna fue un conventillo", en el Teatro 18 de Julio. Era para un mes y estuvimos seis. Tuve un éxito arrollador. Allí canté "Maula" y estrené "Tu corazón" y tuve mucho éxito con "De tardecita", que a mí no me convencía. El repertorio lo elegía Racciatti.. Con "Mano a mano" nació la ocurrencia de hacer un agregado a la letra, para que la mujer le conteste al hombre.

De eso se encargó Humberto Correa, el autor de "Mi vieja viola". La grabación la hice con el cantor Roberto Líster, pero en el sello se equivocaron y en la etiqueta del disco figuran Carlos Roldán y Olga Delgrossi. Con Olguita somos muy amigas y me confesó que se cansó de repetir que no era ella que cantaba. En Montevideo grabé con Carlitos Roldán un tema dedicado al fútbol: "Los dos grandes", que estaba referido al Club Nacional, mi equipo, y a Peñarol. También doblé para el cine una película uruguaya en la que no actué, pero en el reparto decía: "La voz en las canciones: Nina Miranda". En la Argentina grabé el tango "La tigra", pero en la película del mismo nombre, la que dobla la voz de la actirz Diana Maggi es María Esther Casas.En el año 1955 me vine a Buenos Aires para ampliar mi horizonte artístico. En aquel entonces el periodista Augusto Bonardo, que estaba exlilado en Montevideo, era el director de Radio El Espectador y me dio contactos para mi viaje. Llegué en el mes de agosto, entrando por San Pablo, ya que el gobierno argentino había cerrado la frontera con Uruguay. Me contrató Radio Belgrano y el sello Odeon. Lo primero que hice fue grabar 14 temas con la orquesta dirigida por Graciano Gómez. En la radio, durante tres meses, me presenté los lunes y los miércoles con la orquesta de Lucio Demare. Al poco tiempo cayó Perón, se abrió la frontera y comencé a ir y venir en hidroavión para presentarme en Radio El Espectador con el sexteto de Oldimar Cáceres. De Graciano Gómez me separé después de una gira por el norte de Argentina, con la cual llegamos hasta Salta, por un problema de cartel. Más adelante hice otra gira, pero con la orquesta conducida por Héctor Norton. Luego continué, hasta 1958, con mi propia formación dirigida por Alberto Córdoba, con quien hice mis últimas grabaciones. Ya había decidido retirarme. En realidad lo decidió mi esposo, con quien me casé el 11 de octubre de 1957, él no quiso que continuara: "¿Para qué? Si no te va a faltar nada." Yo estaba muy enamorada.Escribí una letra, dedicada a mi marido, titulada "No importa lo que digan". Con ella fui a ver a Néstor D'Alessandro ,quien tenía, a su vez, un tango instrumental sin estrenar con el título "No hagas caso de la gente". La letra fue compatible con la música y quedó el título propuesto por D'Alessandro. También compuse el tango "Canción para mi amor", llevado al pentagrama por un músico de la Editorial Korn, con letra de Abel Aznar, que también grabó la estrella colombiana Mirta Pérez. Ando bien, hace más de cuarenta años que no canto. Pero nos confiesa que está vocalizando con Héctor De Rosas, el motivo: hay un proyecto, en Uruguay, de grabar junto a Olga Delgrossi y Oscar Nelson. Si me veo bien voy a aceptar. De las cancionistas me gustaban Mercedes Simone y Libertad Lamarque. Nunca me gustó Azucena Maizani. En 1999 se hizo un homenaje a Racciatti en Uruguay y cuando me nombraron el público se puso de pie y comenzó a pedir que cantara. Fue en el Teatro del SODRE. Yo estaba con mi marido quien me dijo "Parate y decí algo". Lo hice, y me disculpé, pero la insistencia del público y de Donato me obligaron a subir al escenario. Dije que iba a cantar un fragmento de "Maula", pero lo canté entero y me salió bárbaro. Me emocioné mucho. Allí realmente tomé conciencia de lo que había llegado a ser para la gente. «¿Les dije que nunca estudié, que nunca vocalicé? Nada de nada, todo natural.Fuente Todo Tango. www.todotango.com


Despues de 50 años Nina Miranda ha vuelta a actuar, despues del fallecimiento de su eposo.


En la actualidad Nina Miranda, Maria de La Fuente y Elsa Rivas estan presentando un espectaculo, con gran exito.

Elsa Rivas, Maria de La Fuente y Nina Miranda

Elsa Rivas, Maria de La Fuente y Nina Miranda



Nina Miranda, Elsa Rivas, y Maria de la Fuente

Nina Miranda, Elsa Rivas, y Maria de la Fuente





Nota de Pagina 12 sobre la presentacion por Carlos Bevilacqua


“Ahora somos como hermanas”
En la década del ’50 ganaron prestigio como cancionistas, fogueándose en las principales radios porteñas. Pero después, por diferentes motivos, desaparecieron de la escena pública. Un emotivo espectáculo las rescata: El retorno de las cancionistas.

Están más allá de esa coquetería femenina que elude informar la edad. Elsa Rivas (82), María de la Fuente (91) y Nina Miranda (82) saben que manteniéndose vitales el dato suma méritos. No sólo se muestran afables con el cronista (a quien convidan una porción de budín casero preparado por María) sino que vienen de cautivar con sus voces a una multitud, como en los viejos tiempos, en el Festival de Tango de La Falda (Córdoba). Allí actuaron por primera vez juntas en El retorno de las cancionistas, un emotivo espectáculo que tendrá su segunda versión hoy a las 20 en Harrods (Florida 877) como parte del Buenos Aires 10º Festival de Tango.

Aunque sus nombres hoy no resuenen tanto como otros, las tres llegaron a ser cotizadas figuras del tango en la década del ’50. Elsa integró la orquesta de Ricardo Tanturi, grabó con Leopoldo Federico y tuvo sus propios emprendimientos solistas. María arrancó cantando en un cuarteto vocal femenino, registró tangos y boleros para el sello Odeón y fue la primera cantante argentina en actuar en Japón (con Juan Canaro en 1954). Nina, uruguaya, brilló en la vecina orilla con la orquesta de Donato Racciatti, pero apenas quiso probar suerte en Buenos Aires conoció a un empresario con quien al poco tiempo se casó. El le pidió que dejara su carrera artística y ella accedió, retirándose a los 32 años con un futuro promisorio. Durante la charla, Nina confesará escuetamente haberse arrepentido de esa decisión, pero prefiere hablar del presente: “Volví a cantar en 2004 porque me quedé sola y una amiga me lo recomendó mucho. Tenía todos los temores de una debutante, no podía ni sostener el micrófono de tanto que me temblaban las manos. Además tuve que vocalizar mucho para recuperar la voz”. Más allá de estas particularidades, Elsa, María y Nina tienen varios rasgos en común: se foguearon en las principales radios porteñas, a partir de voces privilegiadas desarrollaron estilos más bien enérgicos, pero siempre ajustados al sonido orquestal y, por diferentes razones, a partir de los ‘60 sus carreras no tuvieron la continuidad que merecían. Así y todo, todavía hoy conmueven por condiciones vocales y dotes interpretativas.

Los repertorios que abordarán esta noche por separado condensan los que las caracterizaron en el período de esplendor. “Besos brujos” (caballito de batalla de Libertad Lamarque), “Pa’ que sientas lo que siento” (ranchera llevada a tiempo de tango) y el vals “El solitario” son los temas que seleccionó Elsa. María se tomará una licencia folklórica con “Los ejes de mi carreta”, pero cumplirá con la tribuna al interpretar “Fuimos” y “La Cumparsita”, ese himno tanguero con el que causó furor en la gira japonesa. Nina, por su parte, mostrará sus virtudes más reconocidas a través de “Maula” (su mayor hit), “Tu corazón” y “Garufa”, uno de los tangos a los que se animó a cambiarles sutilmente la letra. Planean despedirse juntas con el oportuno “Cantando”, de Mercedes Simone. “Siempre me gustaron los tangos que dicen”, explica Elsa respecto del criterio para elegir las piezas. Nina coincide: “Elijo tangos fuertes, con letras que no sean lavadas”. María lo relaciona con el perfil del intérprete: “Cada cual tiene su temperamento y pienso que elegimos las canciones que mejor transmiten lo que nosotras sentimos”. Elsa y Nina estarán acompañadas por las guitarras de los hermanos Rivas; María, en cambio, sólo por el pianista Néstor Schiavone. Como aperitivos de los minishows individuales, se proyectarán tres breves videos documentales sobre cada cancionista.

La admiración mutua que se profesan y una serie de valores compartidos facilitaron la impensada reunión. “Nos conocíamos muy de pasada, recién ahora nos tratamos más y siento que somos como hermanas”, compara emocionada María. “Se formó un grupo muy lindo –coincide Nina–, muy homogéneo, sin egoísmos.” Todas celebran el reencuentro con el público, ese que María define como “el soberano” y que Elsa ve como “el capital más grande que tenemos los intérpretes, porque el dinero como viene se va”.

A la hora de señalar referentes históricos, surgen nombres previsibles (Azucena Maizani, Sabina Olmos, Nelly Omar, Ada y Adelma Falcón), pero es el de Libertad Lamarque el que evoca en Nina una historia profética. “A los 13 años quedé extasiada con la película Puerta cerrada, en la que Libertad Lamarque interpretaba a Nina Miranda, una vedette que al casarse deja su carrera. Me gustó tanto su trabajo en esa cinta que decidí tomar el nombre del personaje como nombre artístico en caso de poder cantar profesionalmente. Y la historia se repitió, pero en la vida real.”

El verbo trascender aparece varias veces en boca de María de la Fuente, sobre todo como uno de los mandatos que el género impone a los cantantes. “No alcanza con una buena voz, es indispensable saber interpretar la letra para poder transmitir lo que escribió el poeta”, dictamina en un fallo difícil de apelar. “No se puede tomar una letra y cantarla así nomás”, la apoya Nina, quien como buena charrúa agrega: “Y hay que poner corazón, hay que poner garra”. Ante tanta convicción ideológica, la tentación es irresistible: ¿qué opinarán estas venerables damas de la canción sobre las nuevas intérpretes? María toma aire como quien se prepara para un trago amargo y dispara: “El tango no es para cualquiera. Si no se siente, es preferible hacer otra cosa. Hay que cantar lo que uno realmente siente”. “Es verdad –rubrica Elsa–. Estoy bastante de acuerdo con ellas. Pero me gusta mucho Sandra Luna”, concede Nina y lleva a María a mencionar a Cecilia Rossetto y a Lidia Borda como honrosas excepciones.

Graciano Gomez



GÓMEZ, Graciano. Músico. Bandoneonista.Director. Compositor.

Nació en Temperley, provincia de Buenos Aires, el 31 de octubre
de 1912. Desde 1937 dirigió su propio conjunto con el cual debutó en Radio Argenti-
na. Grabó en discos Odeón, y en distintas instancias de su labor secundó a la cancio-
nista Nina Miranda y al cantor Enrique Campos. Su primer tango fue Siempre a tu lado,
al que siguieron, con excelente suceso Tu íntimo secreto, Esta noche de luna y La misma tarde, los tres consagrados en el repertorio fonográfico de Carlos Di Sarli. Dio a conocer además la milonga A todo trapo.
Horacio Ferrer

domingo, 14 de diciembre de 2008

Ruben Rada

Ruben RadaRuben Rada

Ruben RadaRuben Rada


Omar Rubén Rada Silva (Montevideo, 16 de julio de 1943) conocido como "El Negro Rada", es un cantante, compositor y percusionista uruguayo.

Sus primeros pasos en la música fueron a los doce años como integrante de la comparsa de negros y lubolos "Morenada". Su primer seudónimo fue "Zapatito", originado en que a esa edad ya calzaba zapatos talla europea 43. A los 17 debutó como frontman en la banda Los Hot Blowers, con el seudónimo "Richie Silver".

Los Hot Blowers [editar]Este grupo de dixieland también estuvo integrado por el conductor y humorista televisivo Cacho De la Cruz. Por sus filas pasaron asimismo músicos como Federico García Vigil, Dietrich Orttman, Paco Mañosa, Morís Pardo, Ringo Thielman, Tomás "Chocho" Paolini, Guillermo Facal, Moisés Rouso, Ramón "Bebe" Alfonso, Enrique "Pelo" de Boni, Daniel Lencina y los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso. Esta banda logró cierto reconocimiento regional, logrando editar tres álbumes EP y realizando una extensa gira por territorio chileno.

En las frecuentes presentaciones del grupo, tanto en vivo como por la televisión, Rada se ganó al público no solo por sus dotes musicales sino también por su faceta humorística y bromista, asociada desde aquel entonces con su figura.

En 1965 pasó a formar parte de El Kinto lo cual marcó sus inicios como músico profesional. El Kinto es reconocido ampliamente como pionero en ejecutar candombe con instrumentos eléctricos, tumbadoras, batería y, además, crear temas cantados en idioma español. El "Candombe-Beat", según definían ellos, era una mezcla de rock psicodélico, candombe, música brasileña y varios otros estilos. Se caracterizaron por un espíritu innovador, excelentes arreglos musicales. Las voces eran Rada, Mateo, Urbano Moraes y Walter Cambón. Junto a este grupo editó un LP.

Trás El Kinto integró el grupo Tótem que, a pesar de que editó solo tres long plays y tuvo una trayectoria fugaz (1971 a 1973), se convirtió en una de las bandas más llamativas de la música rock uruguaya desde aquellos momentos hasta la actualidad. La fusión de elementos del rock and roll, la música latina y el candombe, amén de la influencia de autores como Carlos Santana, a la que se unió la particular voz de Rubén Rada, conformaron al grupo como uno de los puntos más altos de la música joven uruguaya, raramente superado desde entonces. Junto a Tótem grabó dos de los tres álbumes del grupo.

A mediados de los años 70, junto a los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso, participó en las grabaciones del conjunto OPA, con quienes editó el disco "Magic time". Producido en los Estados Unidos, este álbum presentó una música fuertemente influida por el jazz-rock, muy en boga en esos días, incorporando el candombe uruguayo en éste y en los dos trabajos discográficos anteriores de la banda, los cuales fueron muy bien recibidos por la crítica especializada. Años después, ya en Uruguay, grabó junto a OPA otra obra que se tituló "Opa en vivo" y fue editada en 1988.

Su primer álbum solista, Las Manzanas, fue editado en 1969. A partir de entonces ha grabado alrededor de 40 álbumes solistas y varios otros con la participación de otros músicos de renombre, como Eduardo Mateo, Hugo Fattoruso y Litto Nebbia. Muchos de estos álbumes son considerados clásicos uruguayos.

En la deácada de 1980 se radicó en Argentina y formó el grupo "La Banda", con el que logró instalarse con cierto éxito en el mercado porteño gracias a canciones condimentadas con el humor particular del artista.


Rubén Rada.La música de Rada combina el estilo pop con sonidos típicamente uruguayos como los de los tambores del candombe o los coros de la murga típicos del carnaval uruguayo. Está estrechamente relacionada con el candombe y el estilo de tamborileo afro-uruguayo en el que participa frecuentemente. Además de ser muy conocido en Uruguay, Rada ha alcanzado cierto renombre fuera de su país y, en los últimos años, ha hecho grabaciones con casa disqueras internacionales como EMI Latino y Universal Records.

Los británicos Paul McCartney y Peter Gabriel y el cantante brasileño Milton Nascimento se cuentan entre sus admiradores. Colaboró con Jon Anderson en su álbum "Deseo" de 1994.

Ha publicado trabajos para niños y realizado espectaculos dirigidos al público menudo, últimamente con el personaje "Ruben Ra".

Como actor cómico, integró la troupe del célebre programa humorístico Telecataplúm, que se transmitió tanto en el Uruguay como en la Argentina durante la primera parte de la década de 1960.

En 2006, lanzó el disco "Richie Silver", el cual editó bajo ese seudónimo, retomando una invención de sus primeros años de carrera y grabando con este "alter ego" ritmos soul.

En 2007 integró el elenco de una telecomedia de la televisión uruguaya, "La oveja Negra" junto a actores argentinos y uruguayos, interpretando a un músico de vida algo desordenada. Además, grabó un disco en vivo junto a Javier Malosetti en La Trastienda de Buenos Aires editado bajo el nombre de Varsovia.

En el 2008 editó Bailongo, un CD que en Uruguay sólo se distribuyó a través de la redes de cobranza Abitab. En octubre de 2008 Rada anunció que en 2009 dejará los escenarios. En una entrevista concedida al diario Clarín de Buenos Aires manifestó: "Tengo 65 años y vengo de cinco shows seguidos. Es mucho. Las notas que emito no tienen la misma nitidez de antes, ya no tengo la potencia para mantener un show de dos horas y media: me voy al falsete o bajo de tono. Eso me revienta: quiero que me recuerden como el negro que hacía piruetas con la voz. Además, soy responsable de 15 o 20 personas, y se hace pesado llevarlo con el canto. Como muchos artistas, estoy metido en la pelea de vender discos y figurar. Ya basta.Fuente Wikipedia en español