sábado, 29 de noviembre de 2008

Charles Aznavour

Charles AznavourCharles Aznavour

Charles AznavourCharles Aznavour

Charles AznavourCharles Aznavour


Charles Aznavour; nacido como Shahnourh Varinag Aznavourian,(22 de mayo de 1924) es un cantante, compositor y actor francés de origen armenio. Se trata de uno de los cantantes franceses más populares y de carrera más extensa, y el más conocido internacionalmente; ha vendido más de 100 millones de discos. Aznavour es conocido por críticos y admiradores con el apodo de "Charles

Charles Aznavour, autor, compositor, intérprete y actor francés, considerado en todo el mundo como el embajador de la canción francesa.


Charles Aznavour. foto por Xavier Thomas.Nació en París de padres armenios, y su verdadero nombre es Varenagh Aznavourian. Debutó en la canción junto a su hermana Aida, al mismo tiempo que en el teatro, donde interpretó desde los 11 años diferentes papeles infantiles. Su encuentro en 1941 con Pierre Roche fue decisivo para él: los dos hombres escribieron juntos canciones y las interpretaron a dúo. “J´ai bu”, cantada por Georges Ulmer, ganó en 1947 el Grand Prix. El dúo actuaba entonces en la primera parte de los conciertos de Edith Piaf, hasta que Roche se fue a Quebec. Aznavour escribió para Piaf (“Jézébel”), Juliette Gréco (“Je hais les dimanches”), Eddie Constantine (“Et bâiller, et dormir”), pero al principio de su carrera tuvo muchas dificultades para triunfar. Más tarde, supo explotar este periodo de su vida en una canción que recoge el estado de ánimo de un fracasado en el mundo de la canción (“Je m´voyais déjà”).

Su primer triunfo data de 1953, cuando actuó en el Olympia: “Sur ma vie” se convirtió en su primer gran éxito. Canciones como “Viens pleurer au creux de mon épaule”, “Tu t´laisses aller”, “La mamma”, “Comme ils disent”, son cada una de ellas un pequeño bosquejo de la vida cotidiana, un fragmento de vida. Aznavour posee una capacidad especial para resumir en pocas frases una situación en la que se encuentran muchas personas. También ha sabido explotar muy bien su persona, su talla, su voz: sus defectos se han convertido en cualidades. Muy pronto conquistó al público estadounidense y, más tarde, recorrió el mundo con su música. Paralelamente ha mantenido una carrera cinematográfica, demasiado discreta para su gusto, revelándose como un actor de talento en Un taxi pour Tobrouk (1961) de Denys de La Patellière y en El tambor de hojalata (1979) de Volker Schlöndorff. Fuente Wikipedia

viernes, 28 de noviembre de 2008

Anibal Arias y Osvaldo Montes

Osvaldo MontesOsvaldo Montes

Anibal AriasAnibal Arias


Entrevista a Anibal Arias y Osvaldo Montes
Tienen 84 y 75 años, respectivamente. Admiten que en su larga trayectoria acompañaron “a Dios y a María Santísima”, pero desde hace años constituyen un dúo notable, que acaba de publicar el CD Bien tanguero. Se conocen todas las mañas, que en esta entrevista despliegan a través de historias y anécdotas.

Al disco que acaban de editar le pusieron Bien tanguero, y tienen con qué. El guitarrista Aníbal Arias y el bandoneonista Osvaldo “Marinero” Montes (el origen de su apodo se revelará a lo largo de la entrevista) forman un dúo que se conoce desde hace años. Lo que hacen suena sencillo y exquisito, como suelen sonar las grandes obras. Escucharlos en vivo es una experiencia distinta cada vez, siempre disfrutable. Un lujo que hoy por hoy es posible en Buenos Aires: hoy a las 21 los músicos mostrarán su arte en la Casa del Tango (Guardia Vieja 4049), en una función a beneficio de la Fundación Casa del Tango. Sólo la versión de “Flor de lino” podría hacer meritorio el evento, pero en el repertorio del dúo hay lugar para Arolas, Piazzolla, Manzi, Julián Plaza y algún que otro tema de Montes.

Arias y Montes se ríen cuando se enteran de que las gacetillas de prensa describen a uno de ellos como “mito viviente”: preguntan si hay que poner cara de estatua. Con 84 y 75 años, respectivamente, los músicos se mueven lejos del mármol. La cantidad de actividades que cumplen –como intérpretes, como integrantes de la Orquesta del Tango de Buenos Aires, como docentes– podría cansar al más entrenado. “Estamos acostumbrados, porque toda la vida trabajamos de este modo”, explica Arias, con naturalidad. Fuente Karina Micheletto en Pagina 12 publicada en 2007 por el lanzamiento del CD Bien Tanguero

Bien tanguero es, en cierta forma, una continuación de Juntos por el tango, un disco que el dúo grabó hace diez años y que ya es un pequeño clásico del género. “¡Nuestros discos son tan buenos que los hacemos durar muchos años!”, dice Montes entre risas. Arias retruca: “Ahora nos embalamos, y ya viene otro en unos meses. Nos dicen que nos apuremos, que le metamos pata. A lo mejor tienen miedo de que nos vayamos a algún lado... (risas) ¡Pobres de ellos...!”

El guitarrista y el bandoneonista conforman un verdadero dúo: cuando tocan se les nota que se conocen desde hace rato, que se adivinan las mañas. Y que aprendieron a entenderse. Cuenta Montes: “A veces estoy media hora tocando con los ojos cerrados, no tengo idea de lo que pasa a mi alrededor, pero sé que Aníbal está ahí conmigo. No necesitamos mirarnos”. “¡En realidad, a mí me gustaría que me mire, pero él nunca me dio el gusto!”, interrumpe Arias, sin perder la sonrisa. “El está acostumbrado a cerrar los ojos, ¡no sé si es por inspiración, o porque le da sueño! (risas). A veces tengo necesidad de hacerle una seña para marcar una parada, o porque nos equivocamos, porque somos seres humanos. Podemos agarrar por la banquina, dar vuelta carnero...”


–¿Y qué pasa cuando se van a la banquina?

Aníbal Arias: –No, estaba bromeando, eso nunca ha pasado. Somos muy profesionales, hace demasiados años que estamos en esto. En tango y en folklore, acompañamos a Dios y a María Santísima. ¡No los acompañamos a Gardel y Corsini porque no llegamos a tiempo!


–¿Qué es lo mejor de trabajar en este dúo?

Osvaldo Montes: –La seguridad que me da mi compañero. Me equivoque o no, yo sé que el guitarrista va a estar. Si por ahí me equivoco de variación, y tengo que enganchar notas largas, yo sé que vamos a terminar bien igual, que él no me va a fallar.

A. A.: –Ojo, ese tipo de cosas las sabemos nosotros, pero la gente no se aviva. Cada vez que pasa eso, yo le digo por lo bajo: “¡Mañana, ensayo a las 6 de la mañana!”.


–¿Cuánto tiempo le dedican al ensayo?

O. M.: –¿La verdad? Ensayamos en la grabación. Yo le digo a Aníbal: “Hacé una variación, un solito acá, entrá en la primera...” Y así va saliendo. Así fueron nuestros discos. Por eso (Gustavo) Margulies decía: “Escuchen bien, porque ellos siempre tocan una cosa distinta, pero siempre saben a dónde van”. Yo no sé explicar cómo lo hago. Solamente sé que los dedos me obedecen. Y que si cierro los ojos, puedo dejarme llevar por lo que siento.


–¿Y en el vivo, cómo funciona esa técnica?

A. A.: –Depende del tipo de público. De entrada, nomás, yo me doy cuenta si es un público que va a hacer silencio, si fueron a escuchar música o a charlar entre ellos. Si fueron a charlar, cumplimos el horario –porque es nuestro trabajo, cobramos por hacerlo–, pero no tocamos igual. El tango es algo que hay que sentir en serio para tocarlo bien. Cualquiera puede hacer las notas, pero hacer un buen tango, es otra cosa. Eso sí: si la gente habla cuando toco a mí me agarra una bronca... Osvaldo se enoja, pero yo me enojo más. Porque a veces nos llaman para las famosas cenas show, que son un resabio de la época de los romanos, donde pasaba de todo. Más de una vez he agarrado mi guitarra y me he mandado a mudar...


–¿De verdad?

O. M.: –¡Sí, me ha hecho pasar cada vergüenza...! (risas). Una vez, en una cena muy paqueta, una señora se acercó a felicitarnos cuando terminamos: “¡Qué hermoso!”. “¿Y usted cómo sabe, señora, si se la pasó hablando mientras yo tocaba?”, le dijo Aníbal. “Señor, yo soy la esposa del embajador, vine a esta cena beneficio a colaborar...” “¡Ah, entonces es más maleducada!”. El no tiene problemas para decir las cosas. Otra vez nos invitaron a la fiesta de cumpleaños de un gran capo del Ejército. Ni bien subimos sirvieron la comida, así que Aníbal agarró la guitarra y me dijo: “Nos vamos, la figura es la comida”. Le explicó al del cumpleaños que nos íbamos porque nadie escuchaba. El tipo subió al escenario y agarró el micrófono: “¡Compañía a mi mando, atención!”. Todos se pararon. “Va a tocar el guitarrista que a mí me gusta. El que no le gusta, se puede ir al patio”. Todos se quedaron duros y largaron tenedores y cuchillos. ¡Y Aníbal empezó a hacer un tema atrás del otro, a propósito!


–Esos son los públicos difíciles. ¿Cuáles son los mejores?

Los dos: –¡Los de nuestras últimas presentaciones!

O. M.: –Era un público increíble. No nos dejaban bajar.

La entrevista transcurre en la Academia Nacional del Tango, donde ambos músicos dan clases. Arias también es profesor titular de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, desde 1985 hasta ahora. Montes dicta Iniciación Musical en Sadaic, desde hace 25 años. Ambos coinciden en que más vale no pensar en el dinero a la hora de seguir su labor docente: “Entre el remis y los gastos, salgo derecho. Si voy por lo que me pagan, no voy”, detalla Arias.


–¿Y entonces, por qué siguen dando clases?

O. M.: –Yo me siento muy cómodo al lado de los jóvenes, y además es una satisfacción darles una mano a los que están empezando, porque a mí me ayudaron mucho cuando llegué a Buenos Aires, con 20 años. Estaba haciendo el servicio militar, me había tocado en la Armada. De ahí vino el apodo de Marinero...


–¿Cómo es eso?

O. M.: –Tenía que volver al buque, y me quedaba poco tiempo para cumplir con los trabajitos de músico. Además, no tenía otra ropa. Así que iba a tocar a todos lados con mi trajecito de marinero, de ahí me quedó el nombre. Un día estaba en Radio El Mundo y vino un señor a decirme: “¡¿Dónde se cree que está, en un corso?!” “¿Y usted quién es?” “Capitán de navío Fulano. Llego a encontrarte otra vez tocando el bandoneón con esa ropa y te mando a Martín García”. Le lloré tanto, que al final nos hicimos amigos. Le di tanta pena que terminó prestándome un traje para cambiarme.


–¿Cuál es el secreto para mantenerse en forma?

O. M.: –Trabajar, ser responsable. Soy muy meticuloso con los ensayos, no me gusta dar ventaja.

A. A.: –Hacer vida natural, dormir mínimo siete horas, alimentarse bien, es fundamental. Y evitar el alcohol, y cualquier otra sustancia tóxica.


–Suena raro ese consejo en boca de un tanguero. ¿Cómo hizo para llevar esa conducta sana en un ambiente como el del tango?

O. M.: –¡El es sano comiendo! (risas)

A. A.: –Entonces él es más sano que yo, porque come el doble. Y si no, mida los diámetros (risas). Hablando en serio, yo trabajé mucho en cabarets, pero supe mantenerme alejado de lo que podía hacerme mal. Estábamos todo el día laburando: veníamos de actuar en teatros, confiterías o audiciones de radio, de ahí nos íbamos al cabaret y terminábamos a las 4 de la mañana, todos los días. Si me subía al tren de la mala vida, no me daba el cuerpo.


–¿Hasta cuándo piensan mantener este dúo?

A. A.: –Nosotros ya no nos separamos. Nos separaremos cuando alguno de los dos se enferme, pero para eso falta. Hacemos una buena pareja.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Dean Martin

Dean Martin Dean Martin

Dean Martin Dean Martin


Dean Martin (7 de junio de 1917 - 25 de diciembre de 1995) fue un cómico, actor y cantante estadounidense.

Su verdadero nombre era Dino Paul Crocetti. Nació en el 7 de junio de 1917 en Steubenville (Ohio). Sus padres eran unos inmigrantes italianos. Su madre, Angella Crocetti, era ama de casa y su padre, Gaetano Crocetti, era barbero.

Dino abandonó los estudios cuando acabó el colegio, empezó a trabajar en distintas cosas, como peón, como gasolinero, como croupier e incluso como boxeador. Como boxeador adquirió cierto éxito. Utilizaba como seudónimo el nombre de Kid Crocetti.

El 2 de octubre de 1941 se casó con Elizabeth Anne McDonald. Tuvieron cuatro hijos, entre ellos, la también cantante Gail Martin. Dean se divorció en 1949. Ese mismo año se casó con otra mujer.

Paralelamente a sus escarceos en el ring, Dino empezó a actuar como cantante en los nightclubs, para esta faceta eligió el nombre artístico de Dino Martini.

A lo largo de su dilatada carrera como cantante, Martin tuvo grandes éxitos como la interpretacion compuesta '"Volare (nel blu dipinto di blu)"' de Domenico Modugno o "Everybody loves somebody". Con el tiempo, en sus actuaciones, además de cantar, también interpretaba números cómicos.

En estos ambientes conoció a otro cómico novato llamado Jerry Lewis. Ambos se hicieron colegas inseparables y prepararon un número como dúo que estrenaron en el 500 club Atlantic City en 1946. Dean vio en su asociación con Jerry Lewis la posiblidad de explotar una veta en el género de la farándula cómica y usó la amistad de Lewis para escalar hacia Hollywood. No obstante, Lewis profesaba una auténtica amistad a Martin.

El 1 de septiembre de 1949, contrajo matrimonio por tercera vez, con Jeanne Biegger (que cambio su nombre al de Jeanne Martin). Tuvieron tres hijos:

Dean Paul Martin (Dino) (nacido el 17 de noviembre de 1951)
Ricci Martin (nacido el 20 de septiembre de 1953)
Gina Caroline Martin (nacida el 20 de septiembre de 1956).
Dean y Jeanne se divorciaron el día de San Valentín de 1973, sólo dos días antes, había nacido su nieto, el actor, Alexander Martin, hijo de Dean Paul Martin y de la actriz argentina Olivia Hussey. A pesar del divorcio, mantuvieron una buena relación.

fama de los cómicos era grande y fueron tentados por la televisión. De hecho, el 20 de junio de 1948 fueron los cómicos invitados para un progama de variedades que estrenaba la CBS titulado Toast of the Town, cuyo presentador era Ed Sullivan. (Este programa, con el tiempo, se convirtió en un clásico de la televisión y no sólo en Estados Unidos, manteniéndose en antena durante décadas. A partir de la novena temporada (18 de septiembre de 1955), pasó a llamarse The Ed Sullivan Show sería todo un referente para la televisión, más allá de Estados Unidos. Finalmente, el longevo programa dejó de emitirse el 28 de marzo de 1971. Dean Martin, ya sin Lewis, volvería a aparecer como invitado en el programa el 30 de junio de 1957.

En 1949, Dean Martin y Jerry Lewis ya tenían cierta fama por lo que atrajeron la atención de la Paramount que los contrató.

La pareja de cómicos fue capaz de atraer al público a las salas de exhibición, por tanto, sus películas resultaban rentables a los estudios. Entre 1949 y 1956 rodaron 18 películas juntos. Los directores más usuales de éstas fueron George Marshall, Hal Walker y Norman Taurog.

A partir de 1951, la pareja de cómicos empieza a trabajar también en televisión. Ambos son estrellas invitades habituales en el programa de variedades The Colgate Comedy Hour emitido entre 1950 y 1955 por la NBC.

Desde la década de los 50, Dean Martin formó parte de un grupo de actores conocido como el rat pack junto con con Frank Sinatra, Peter Lawford o Sammy Davis, Jr.. Todos participaron en la película Cuadrilla de los once de 1960. De los miembros del rat pack se decía que tenían estrechos contactos con el mundo de la mafía, de hecho, se dejaban ver con conocidos miembros del crimen organizado en Las Vegas, ciudad en la que se sentían como pez en el agua.

Loco por Anita de 1956 fue la última película en la que Martin y Lewis participaron juntos.
Los egos de uno y otro, finalmente, resultaron incompatibles. Dean Martin, a estas alturas era solo un apéndice del ego de Lewis quien creía, que el éxito se debía a su actuación, esto comenzó a mellar la amistad entre ambos y empezaron a tener roces y discusiones. Martin aguantó a Lewis hasta el momento en que vio que ya no lo necesitaba y que podía iniciar una carrera en solitario y lo desechó.

Martin quisó mantener el nivel de popularidad ya adquirido y comenzó en solitario, su carrera como actor cinematográfico, realizando papeles de galán y cantante y dejó algunos memorables títulos como Los cuatro hijos de Katie Elder de Hathaway, Río Bravo de Hawks, Bésame, tonto de Wilder, Como un torrente de Minnelli., y especialmente El Baile De Los Malditos de Dmytryk.

1965, Dean Martin es contratado por la NBC y se convierte en el anfitrión de su propio programa de Televisión que recibió el nombre de The Dean Martin Show. Este programa de variedades comenzó a emitirse el 16 de septiembre de 1965.

En 1973, tras ocho temporadas en antena, The Dean Martin Show iba perdiendo audiencia, por lo que los directores de la cadena decidieron darle un nuevo aire y pensaron en introducir a estrellas de peso para hacer de gancho y atraer a los espectadores. Sin embargo tampoco funcionó y el programa fue cancelado.

La NBC, en lugar de dar el tema por zanjado y despedir a Dean Martin, quiso seguir explotando la popularidad de su estrella, por lo que retomó la idea de entrevistar a estrellas y firmó con Dean Martin para que rodará una serie de especiales. El nuevo programa fue titulado como The Dean Martin Celebrity Roast.

En 1966 interpreto a Matt Helm, un espía al estilo James Bond, aunque en clave de humor. Daría vida a este héroe en una serie compuesta por cuatro películas, por orden cronológico: The Silencers y Matt Helm, agente muy especial (ambas de 1966), La emboscada (1967) y La mansión de los siete placeres (1969). Al final de la cuarta entrega, se anunció una quinta película de la serie Matt Helm que iba a titularse The Ravagers, como la novela de Hamilton publicada en 1964. Sin embargo, Dean Martin rehusó volver a encarnar al personaje y el proyecto fue cancelado.

En 1973, contrajo matrimonio por cuarta vez con Catherine Hawn. Ambos adopataron a una niña Heather Lyn. El matrimonio sólo duró tres años.

Su última película para el cine fue Los Locos del Cannonball II de 1984.

En 1985, la NBC lo contrata para formar parte del reparto de una nueva serie titulada Half Nelson. La serie protagonizada por Joe Pesci, como Rock Nelson, era una sitcom, en torno, a un detective de Beverly Hills, que aprovecha su corta estatura parar resolver los casos. El papel de Martin era el de confidente del detective. La serie fue cancelada y sólo se emitieron 6 episodios.

El 21 de marzo de 1987, su hijo Dino falleció en un accidente aéreo sobre las Montañas de San Gorgonio, California. La pérdida fue un duro golpe para Dean Martin que se sumió en una profunda depresión de la que nunca llegaría a recuperarse.

Dean Martin murió, con 78 años, el día de navidad de 1995 en Beverly Hills, California como consecuencia de un enfisema que le produjo su avanzado cáncer de pulmón. Sus restos se encuentran en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Angeles, California.

De Dean Martin, Dino para sus amigos, se han dicho muchas cosas. Como persona simpática y afable en los ambientes sociales y fiesteros pero, al tiempo una persona distante y reservada. Un vividor, un mujeriego empedernido, con un ego tan grande como el que le enrostraba a Jerry Lewis y que fue incapaz de amar a una mujer más que como la compañera capaz de darle los hijos que tuvo en gran número. Sus canciones aún se escuchan a través de las ondas por todo el mundo.

De acuerdo al libro "Frank Sinatra y el olvidado arte de vivir" de BIll Zehme, el cual está muy bien documentado, Dean Martin casí no bebía, aunque siempre tenía un vaso de licor en la mano para disimular esto.Fuente Wikipedia en español.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ada Falcon

Ada FalconAda Falcon en 1935



Ada Falcon; Cancionista (17 de agosto de 1905 - 4 de Enero de 2002)
Nombre completo: Aída Elsa Ada Falcone
Las voces femeninas en el tango irrumpieron casi al mismo tiempo. Eso ocurrió en la década del veinte, entre 1923 y 1930. Llegaron y se quedaron para siempre.

Si bien surgieron otros nombres en los años siguientes, para sumarse a estas pioneras, ninguna las superó.

Cada una con su estilo y con su propio repertorio siguen vigentes en las grabaciones. Tales los casos de Azucena Maizani y Rosita Quiroga, que debutaron en el disco en 1923, Mercedes Simone y Tita Merello en 1927 y Tania en 1930.

Ada Falcón pertenece a esta generación de precursoras de nuestro tango, quien comienza a grabar el 15 de julio de 1925.

Nació en el centro de la ciudad el 17 de agosto de 1905 y fue la menor de tres hermanas, también cantantes. Amanda, sin mayor trascendencia, y Adhelma, quien llegó al disco por lo menos en dos oportunidades.

En su momento la cantante comentó que era hija natural de un señor de rancio apellido de la sociedad argentina y, que en un lapsus de amor, raptó a su madre y ella fue el resultado de tan atrevida gestión. Valga como anécdota, no comprobada.

Pero sea cierta o no, resulta interesante atento la serie de hechos que marcaron su conducta posterior. La ingerencia de su madre fue notoria, pues fue ella la que decidió que su hija tuviera un destino artístico.

A los cinco años debuta ante el público como "La Joyita Argentina". Antes del año veinte actúa en un film mudo. Toda esta actividad impidió que concurriera normalmente a la escuela y debió instruirse en su propia casa.

Más adelante cuando está en su esplendor, el éxito y el reconocimiento público la embelesan, comportándose con los caprichos propios de una diva del cine estadounidense. Los hombres admiran su belleza y cantan loas a sus ojos verdes. Rehuye al contacto con el público, a tal punto que para sus presentaciones en Radio El Mundo –ya en el último tramo de su carrera- se niega a actuar en la sala principal y elige la sala "F", de pequeñas dimensiones y a la que llaman la "sala Falcón".

Se pasea en un automóvil descapotable de color rojo, vive en una casa de tres plantas en la zona más residencial de la ciudad, y ostenta joyas y pieles. Hasta que comienzan sus distracciones, los largos encierros en su mansión y llega a la curiosa situación de entrar a la iglesia de Nueva Pompeya de rodillas y a hablar en voz alta con las imágenes.

A fines de 1942, la eclosión, abandona definitivamente la vida artística, se retira y con su madre se traslada a un pueblo de la provincia de Córdoba, ambas convertidas en "terciarias Franciscanas". Esta actitud la mantiene hasta la actualidad, enero del año 2000.

Ada Falcón posee un registro que iba de mezzosoprano a soprano en las notas altas, un tono ligeramente engolado y cierta pretensión de gorjeos líricos que le dieron un estilo personal e irrepetible. Todo lo cual se sumaba a su natural temperamento que ponía la emoción en el lugar justo. Su canto fue emotivo, de corte romántico, con la sensación que lo dirigía a un amor perdido. Pese a la gravedad del color de su voz, se caracterizó por un tono plañidero.

Como dijimos llegó al disco en 1925 acompañada por la orquesta del maestro Osvaldo Fresedo para el sello Víctor. Retorna en 1929, para el sello Odeon, luego del visto bueno del pianista Enrique Delfino, quien la acompaña junto al guitarrista Manuel Parada en 14 temas.

Finalmente es acompañada por el hombre fundamental en su vida, el director Francisco Canaro. Juntos llegaron al disco en alrededor de 180 oportunidades, comenzando un 24 de julio de 1929 cuando Ada Falcón hace el estribillo del tango "La morocha", finalizando el 28 de septiembre de 1938. En 1942, graba su último disco con dos temas, el tango "Corazón encadenado" y el vals "Viviré con tu recuerdo" (ambos de Francisco Canaro e Ivo Pelay).

Con él tuvo una relación sentimental muy duradera. Y dos hechos anecdóticos: el primero pinta a Canaro frente a una realidad. El segundo, si no fue el detonante, por lo menos una circunstancia más para la determinación final de Ada Falcón. Ambas historias me fueron contadas por un músico de su orquesta, biógrafo parcial pero minucioso de Canaro.

Ada insistía en la separación de Canaro para que contrajera matrimonio con ella, ante esta requisitoria Canaro pareció estar de acuerdo, pero antes de comunicarle nada a la cancionista lo consultó con su abogado sobre las características del trámite y el tema económico. La respuesta fue obvia, la mitad de su dinero le correspondería a su esposa. Canaro nunca más pensó en separarse.

La segunda anécdota ocurrió durante el descanso de la orquesta en un ensayo, donde Ada estaba sentada en las rodillas de Canaro. De pronto se abrió la puerta de la sala donde se encontraban y apareció "La Francesa", apelativo con que se conocía a la señora de Canaro. Abrió su cartera, sacó un revólver y amenazó furiosamente a Ada que salió corriendo. A los pocos días se produjo la separación artística de la cantante con la orquesta.

En su trayectoria hizo una película sonora "Ídolos de la radio", junto al gran cantor Ignacio Corsini y que fuera estrenada en octubre de 1934. En ella aparecen las cancionistas Tita Merello y Dorita Davis.

Fue excéntrica, vanidosa y arrogante, pero su belleza y sus grandes condiciones artísticas la convierten en uno de los hitos de las voces femeninas de nuestra música popular. Fuente Nestor Pinsón en Todotango www.todotango.com.ar




Nota de Sibila Camps en el diario Clarin publicada el 05-01-02 con motivos de la muerte de Ada Falcon
Ada Falcón fue un mito del tango
Su nombre estuvo siempre asociado a grandes como Gardel o Canaro. Un día decidió dejar de cantar en público. Se retiró muy joven y la leyenda sobrevoló su historia hasta la hora de su muerte.

Ayer murió un mito. Ada Falcón, "La Emperatriz del Tango". La amiga y compañera artística de Carlos Gardel y Enrique Santos Discépolo. La de la irresistible mirada verde que, dicen, inspiró a Francisco Canaro en Yo no sé qué me han hecho tus ojos, el vals que ella hizo célebre. Con 96 años, llevaba más de dos décadas pidiéndole a Dios que se la llevara de este mundo. El otro —el de los escenarios y los admiradores, el de los lujos y la fama—, lo había abandonado de golpe a los 35 años. Fue en 1942, y desde entonces la sobrevivían las leyendas.

La primera es su origen. Ada Elsa Aída Falcone nació el 5 de agosto de 1905 en pleno centro porteño. "No conocí a mi pa dre. Soy hija de Miguel Nazar Anchorena. El se enamoró de mi madre, la robó, y ella ya estaba embarazada cuando él partió a Francia porque estaba muy enfermo. Falleció de cáncer. Todo lo que sé de él es por lo que me contó mi madre".

Una madre de la que no pudo separarse ni un instante desde que nació hasta que la enterró, con más de 90 años. Una madre que la ató a sus dos hijas mayores —Amanda y Adhelma—, acortó el apellido en Falcón, y armó un número vivo de tonadillas para la varieté del cine Excelsior. "A los 4 años le expresé a mi madre: ''Yo voy a cantar'', y al otro día debuté en la Sociedad de San Vicente de Paul. Las damas vicentinas me llamaron ''La Joyita Argentina''".

Tenía 14 años cuando participó en la película muda El festín de los caranchos. Fue afianzándose en varietés y en cuadros de revistas, hasta que el 15 de julio de 1925 alcanzó la sala de grabación de RCA Víctor, acompañada por la orquesta de Osvaldo Fresedo.

No hacía mucho que las mujeres llegaban al disco. En 1923 habían sido Azucena Maizani y Rosita Quiroga. Después de Ada Falcón, en 1927 grabaron Mercedes Simone y Tita Merello. Ya por 1930 lo hizo Tania. Para 1929, el compositor Enrique Delfino la había hecho firmar con el sello Odeón; él mismo la acompañó al piano en catorce temas, junto con el guitarrista Manuel Parada. Entonces se la definía como cancionista. Con un registro de mezzosoprano, se distinguía de las voces agudas y finitas que estaban de moda.

El 24 de julio de 1929 ató su carrera al hombre con quien sería tan famosa como desgraciada: Francisco Canaro. Empezó apenas grabando el estribillo del tango La morocha, y en los 30 llegaría a grabar con su orquesta hasta quince discos por mes. Ese fue su gran año: debutó en Radio Cultura y desde entonces fue la gran estrella de emisoras como Stentor, Splendid, Argentina, Prieto, Belgrano y El Mundo.

¿Por qué dejó de actuar en teatros? Nunca lo explicó. Canaro estrenaba cada año una comedia musical, pero la Falcón que actuaba en ellas era su hermanastra Adhelma. Gracias a la radio, Ada tenía una audiencia inmensa que se derretía al escucharla cantar Destellos, Madreselva o Tus besos fueron míos. Sus cachets eran los más altos del ambiente. Vivía en un palacete de Palermo Chico, con paredes forradas en tafeta y un garaje donde guardaba dos autos "de media cuadra".



En las revistas

Las tapas de las revistas Sintonía y La Canción Moderna mostraban su melenita oscura o el muestrario de sombreros y turbantes. La sonrisa bien delineada. Las sandalias hechas a mano calzadas en un pie de Cenicienta. Los tailleurs de buena puntada que moldeaban el cuerpo grácil. Las pieles rutilantes. El despliegue de joyas (la leyenda incluye un anillo de brillantes obsequiado por el marajá de Kapurtala).

Y los ojos verdes. "¡Qué ojos! Usted no se imagina lo que era yo —recordó a Clarín en 1995—. Bastaba con mirarme los hoyitos de las mejillas, los dientes, las piernas. Decía Discépolo de mí: ''Es tan divina, que hace mal mirarla''".

Eran grandes amigos. Ada le grababa Secreto, Confesión. Con Ignacio Corsini había compartido la filmación de Idolos de la radio, la única película sonora en la que intervino. Con Gardel se turnaba en los estudios de grabación. "A veces llegaba más temprano, para escucharme a mí". Ada nunca dejó de recordar una cena compartida con él y con Canaro en el Tuñín de la Boca: "Más tarde, Carlitos me llevó caminando por la costa y nos alejamos. Cuando estábamos solos, me besaba los ojos y me decía: ''Piba, piba preciosa... enseñame a cantar Yo no sé qué me han hecho tus ojos. Me aseguraba que los hombres más poderosos de la Argentina estaban enamorados de mí"

En 1935, cuando los artistas morían por actuar en el auditorio de cualquier emisora, Ada Falcón decidió que sólo cantaría sin presencia de público. Se había convertido en una diva, y Radio El Mundo accedió a habilitarle una sala más pequeña. El 28 de setiembre de 1938 concluyó su relación laboral con Francisco Canaro.

Sus actuaciones comenzaron a hacerse esporádicas. Hacia 1940 terminó escondiéndose de sus propios músicos y cantando detrás de un cortinado. Sus admiradores se conformaban con agolparse en la calle, para verla entrar y salir. Después se subía a su auto rojo, llegaba al palacete, clausuraba las puertas para todos y liberaba el misterio.

Los reportajes de la época la muestran mística antes que religiosa, visitando iglesias o hablando con la Virgen. En 1942 grabó el tango Corazón encadenado y el vals Viviré con tu recuerdo, ambos de Canaro e Ivo Pelay. Fue el último disco. Poco después repartió casi todos sus bienes entre sus allegados, compró una casa feúcha en Salsipuedes, en las sierras de Córdoba, y se recluyó con su madre.

Eso se supo mucho después, ya que durante años la leyenda dijo que se había metido a monja. Que la había empujado un desengaño amoroso. Que el mal de amores tenía que ver con Canaro. Retazos del misterio comenzaron a develarse a partir de 1982, cuando excepcionalmente concedió algunos reportajes. Afirmó, por ejemplo, estar purgando un pecado. Otras confesiones, en cambio, abrieron nuevas incógnitas. Ada Falcón ya estaba viviendo en el hogar de ancianos que las hermanas de San Camilo atienden en Molinari, a 5 kilómetros de Cosquín.

Alguna vez acusó a Adhelma de cantar por los pueblos haciéndose pasar por ella y firmando autógrafos con su nombre. Fue más difusa al asegurar que "durante treinta años cobró otra persona todos mis derechos; fue una venganza de una persona muy poderosa que ya murió, que me dijo que me iba a hacer morir de hambre".

Le habían robado sus propios discos, casi todas las fotos, las cartas que durante 15 años le había escrito José Mojica, aquel cantor peruano que tomó los hábitos franciscanos. También sus Memorias. Acusó a Odeón de no querer reeditar sus discos, cuando lo cierto era que ella no lo permitía. No es ya leyenda que estaba en la miseria y sin cobertura social, aunque sus antiguos admiradores no tenían modo de saberlo. La pensión graciable le llegó pasados los 80, cuando algún periodista la espió en su ostracismo.

"En plena juventud tuve riquezas y belleza, tuve una visión maravillosa del Señor y no vacilé un instante en dejarlo todo y recluirme en las sierras con mamita, en un convento franciscano, y vivir con humildad", escribió a Clarín en marzo de 1982. El año anterior había perdido a su madre. "Desde que nací, dormí junto a mi madre, y su muerte me destrozó".

En algún rincón habrá quedado la nueva versión de sus Memorias, que había decidido reescribir. Pero sus propios recuerdos quizá también hayan desteñido por el roce con las leyendas.

martes, 25 de noviembre de 2008

Salvatore Adamo

Salvatore AdamoSalvatore Adamo

Salvatore AdamoSalvatore Adamo


Salvatore Adamo (n. Comiso, Sicilia, Italia, 1 de noviembre de 1943 ) es un cantautor ítalo-belga de fama internacional.

A los cuatro años su padre decidió abandonar Italia y se trasladaron a Bélgica. El padre de Salvatore Adamo no escatimó esfuerzos para dar a su hijo la mejor educación posible a pesar de su habilidad como ingeniero y del esfuerzo de su madre como ama de casa. Adamo fue un distinguido estudiante y uno de los mejores de su escuela. Durante ese período nacieron sus cinco hermanas y un hermano. En ese entonces comenzó a ser atraído por la música y fue así como aprendió a pulsar la guitarra para acompañarse en sus cantos. Y entonces lo escuchamos a "media voz", como su canción Mis Manos en tu cintura
Sus primeras presentaciones en público eran netamente reuniones estudiantiles. Pronto sus padres dieron incentivo para que siguiera cantando ya no sólo en dichas reuniones sino como artista.

En 1960 participó en un concurso de Radio Luxemburgo como cantante y compositor de la canción "Si j'osais" y ganó la final celebrada en París el 14 de febrero de dicho año.

Su primer éxito fue "Sans toi, ma mie“ 1963 en Bélgica. Inmediatamente se transformó en el Nº1 del "hit parade" en el mismo país. El álbum de debut,"63/64" con "Vous Permettez, Monsieur" y "Tombe la neige" lo transforman en una celebridad internacional (internationally-known), confirmando su talento de autor, compositor, interprete y demostrando de ser un artista completo.

Fue aclamado en Holanda, Luxemburgo y luego en Francia en 1965 fue citado a cantar en el Olympia de París. Nunca en la historia de dicho escenario la ovación a un artista había sido tan grande como en aquella ocasión. Inmediatamente conquistó París y el resto del mundo.

Su gira a Italia, Suiza y Turquía permitió la renovación de sus éxitos. Posteriormente Israel conoció sus virtudes de cantante y luego vino una actuación especial ante el Rey y la Reina de Bélgica y también ante el Sha de Persia.

Avanzando en su carrera, especialistas, colegas y personajes del mundo literario comenzaron a notar la facilidad de Adamo para transformar escenas cotidianas en versos cargados de poesía romántica. Después de que Jacques Brel lo bautizara como "Jardinero del Amor", Adamo confesó que su talento narrativo le debía inspiración al trabajo de grandes como Víctor Hugo (escritor) y Georges Brassens (cantautor).

Comenzando la década del 70, ya era cantante popular en todo el mundo e incluso se produjeron versiones traducidas de todos sus discos al italiano, español, inglés, alemán y japonés (las versiones originales eran casi todas en francés).

En Hispanoamérica, canciones como "Cae la Nieve" (Tombe la Neige), "Tu nombre" (Ton Nom), "Un Mechón de Cabellos" (Une Meche de Cheveux), "La Noche" (La Nuit), "Mi Gran Noche" (Tenez-Vous bien), "Mis Manos En Tu Cintura" (Mes Mains Sur Tes Hanches"), Porque yo quiero" (Car Je Veux), "Ella..." (Elle), "Inch'allah", "Es Mi Vida" (C'est ma Vie) y otras, se convirtieron en clásicos de la época.

En Japón la traducción de "Cae la Nieve" ("Tombe la Neige") en lengua nipona "Youki Wa Furu" se convirtió en estándar navideño y pieza favorita en bares de karaoke.

Desde un comienzo su trabajo se ha comparado con el de Charles Aznavour y en finales de los años '60 fue el artista que más discos vendía en el mundo entero después de The Beatles.

Hasta el día de hoy sigue grabando y vendiendo discos (100 millones). El número de canciones escritas por Salvatore Adamo supera fácilmente los 450 ejemplares.

En Chile fue recibido con una gran ovación en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en el año 2004, además de presentar un concierto en el mismo país con algunos éxitos de su último álbum: Zanzibar....Fuente Wikipedia en español.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Leopoldo Federico

Leopoldo Federico en MichelangeloLeopoldo Federico en Michelangelo

Leopoldo FedericoLeopoldo Federico
Leopoldo FedericoLeopoldo Federico

Leopoldo Federico (12 enero 1927 - 28 diciembre 2014)
Leopoldo Federico "La orquesta es como mi familia"
Entrevista: Ganó por segundo año consecutivo el premio Clarín Espectáculos como Figura del Tango. A los 78, reflexiona sobre el género, critica el tango electrónico y habla de la razón de su vida: la orquesta que dirige.

El gran bandoneonista y director ganó por segunda vez consecutiva el Premio Clarín Espectáculos a la figura del tango, distinción que en su lugar subió a recibir su colega Horacio Cabarcos. "Tengo problemas en las rodillas. Cabarcos lo recibió por mí pero yo hice acto de presencia, que era lo menos que podía hacer". A los 78 años, Leopoldo Federico sigue batallando en dos frentes: la supervivencia de la orquesta típica ("no de la mía, sino de la orquesta como institución") y, desde la presidencia de la Asociación Argentina de Intérpretes, la sanción de la Ley del Intérprete. "Cambiaría todo lo que tengo por el apoyo a esta ley. No querría irme de la AADI sin haber conseguido la transformación de un decreto en una ley nacional."


Independientemente de lo que vaya a ocurrir con el proyecto de esa ley, hoy la situación del músico de tango es especialmente favorable en la Argentina. ¿No es así?

Los músicos no están remunerados como en la época en que trabajamos a full. Por entonces no había orquesta que no tuviera diez o doce bailes por mes; en un cabaret, una confitería, además de la radio y las giras. Ahora los bailes prácticamente han desaparecido; la televisión no tiene tango; lo que se ve, en su mayoría es gratis, y hay que correr de un lado para otro. Un músico tiene que tocar en tres o cuatro grupos.


Pero hoy el tango es una moda en todos lados.

De lo que hay en la noche de Buenos Aires, el 90 por ciento es para el turismo. Es cierto que gracias a eso los músicos están trabajando. Pero no es lo mismo. Vea: yo actuaba en Michelángelo, El Viejo Almacén, Casablanca... Subía con la orquesta a hacer mi actuación de 20 minutos, y no volvía a tocar hasta el otro show, porque había seis o siete números distintos: Rivero con guitarras, Alberto Marino, Alberto Podestá, el Sexteto Mayor, todo junto en una noche. Ahora el espectáculo termina con un trío o un cuarteto, que lo ponen arriba del escenario para acompañar todo el show, generalmente unos bailarines y algún que otro cantor. No reniego de eso, de que haya difusión, porque si no estaríamos desaparecidos del mapa. Aun las cosas que no están bien hechas yo las acepto, porque alguien se acuerda de nombrar al tango y gracias a eso todos pensamos que estamos pasando el mejor momento de la historia del tango, lo que no es así. Económicamente, no es así. Un músico debería poder vivir de un solo grupo.


Pero usted podría tocar hoy varias noches por semana, si quisiera...

No con la orquesta. Doce músicos arriba del palco, ni loco. Una orquesta no la banca nadie. Con doce músicos se pueden formar tres conjuntos. Hoy lo más grande que está trabajando aquí es El arranque, que serán unos siete músicos. La orquesta grande es difícil de mantener, porque hay que tener continuidad. Hoy un músico se compromete, y la semana que viene le sale una girita con la que se va a ganar unos pesos más, deja lo que está haciendo y la orquesta debe buscar un reemplazante. Y la orquesta no es la misma, no suena igual, y se va perdiendo eso que teníamos nosotros, de tocar años juntos, como un equipo de fútbol. Lo económico está conectado con lo artístico.


¿En qué sentido?

Uno precisa tener los intérpretes. Por ahí si me falta un segundo violín o un segundo bandoneón no se nota mucho, pero si me llega a faltar el pianista o me viene un pianista de cambio, me tengo que pegar un tiro o me escapo. Por eso cuando ahora me sale algo, el que arregla todo es Cabarcos, un músico de la orquesta. Es el que dice qué hay que hacer, cuánto van a ganar, a qué día y a qué hora, y después me llama. Yo le pregunto: ¿viene fulano?, ¿viene mengano? Si vienen, estoy tranquilo; si no, es una estafa. La gente empieza a notar algo raro en el sonido de la orquesta, aunque no se termine de dar cuenta de lo que es. Antes era muy difícil que un músico mandara cambio con la orquesta de Troilo o de D'Arienzo. El músico trabajaba allí, era lo mismo que trabajar en una empresa. Si en vez de doce fuéramos cinco, podría rendirme más económicamente, pero yo quiero morirme con la orquesta. Hice tríos, cuartetos, estoy feliz de mi trabajo con Grela, pero fue un período de mi vida. Mi final es con la orquesta. No quiero que muera la orquesta como institución. No hablo de la mía, sino la orquesta en general.


¿Por qué la orquesta es irremplazable?

Yo de jazz entiendo poco, sin embargo soy loco de las grandes orquestas. Y en el tango, si estoy en una confitería y tengo la orquesta de Aníbal Troilo enfrente, es una avalancha de cosas adentro mío. Si de repente en esa misma función Pichuco hiciera alguna cosa en cuarteto con Grela, como matiz, sería un placer inenarrable, pero para mí tendrá que terminar con la orquesta. El sonido de la orquesta a mí me ampara, me hace sentir cobijado; es como una familia que tengo detrás de mí, que estamos pensando lo mismo.


¿Hay relación entre la decadencia de la orquesta y la del tango cantado?

Seguramente. Hay cantores que zafan, pero son los menos. Hay una gran cantidad de mujeres que tampoco ayudan. Pero usted fíjese en el encanto que tenía un cantor con orquesta. Cuando Julio Sosa se separó de Pontier para hacer su carrera solista, ya tenía una serie de éxitos: con Pontier, con Francisco Rotundo... Si hubiera querido explotar su cartel, se ponía tres músicos atrás y hubiese sido un golazo de media cancha. Pero ¿por cuanto tiempo? Porque no es lo mismo Sosa con guitarras que Sosa con una orquesta atrás. Y los cantores siempre empezaron sus éxitos con orquesta, con la orquesta empujando al cantor, llámese Morán con Pugliese, o Chanel con Pugliese, o Durán con Di Sarli.


Se cantaba a compás, como un instrumento más.

Sí, la voz era un instrumento, pero con el atractivo adicional que tenían los cantores en ese entonces, sobre todo entre las mujeres. Se dieron muchas cosas en esa época, también el ambiente propicio para unas letras que han quedado en la historia.


Hablando de tango con letra, usted no compuso demasiado en este formato ¿no?

Tengo dos o tres cosas, nomás. No me considero un compositor. Hicimos cosas instrumentales juntos con Requena, porque nos une una gran afinidad. Hice algo con Ferrer, Al Polaco, dedicado a Goyeneche, que no tuvo suerte, no tuvo difusión.


De todas formas, la riqueza histórica del tango no radica tanto en repertorio como en la interpretación.

En la interpretación y en el arreglo. Yo siempre digo: un muy buen tango con un mal arreglo es un desastre. Y un tango de regular para abajo, con un buen instrumentista y un arreglo que lo pueda disfrazar, pasa fenómeno, y en una de esas hasta uno termina creyendo que es muy bueno.


¿Qué opina del tango electrónico?

Después de todo lo que hablamos, si yo le digo que eso está bien, miento. A lo mejor para los chicos, como un ruido que se baila. Pero no me gusta, no lo digiero.


La escuela de fueyes y el tema de las herencias

"Hay dos cosas que me hubiera gustado hacer —reconoce Federico—. Una es componer un par de tangos con alguien como Homero o Virgilio Espósito; la otra: haber tenido un alumno. Que alguna vez alguien dijese: este pibe fue alumno de Federico.


¿Y por qué no tuvo alumnos?

Porque no tengo vocación, o porque no tuve tiempo. A un alumno hay que atenderlo. No es cuestión de que venga, toque dos minutos y uno le diga: está bien. Si tuviese que enumerar todo lo que trabajé.... porque, además de mi orquesta, dirigí durante diecisiete años la orquesta estable de radio Belgrano. Yo vivía dentro de la radio. Y pasé diez años como músico en la orquesta de Canal 11, cuando los canales de televisión tenían orquestas estables. ¿De dónde sacaba tiempo yo para tener un alumno?


¿Hay alguien que usted al menos pueda reconocer como discípulo suyo?

Hay gente que tiene esa forma de tocar de Láurenz, con esa fuerza. Horacio Romo es uno de ellos. Hay gente joven que, con su estilo, está en esa línea. No digo que me quieran imitar a mí, eso sería una estupidez. A mí me gusta ir al frente tocando. Cuando me equivoco se oirá de aquí a Berazategui, no importa. Me identifico con Láurenz, aunque también tengo el oído puesto en Troilo y en Piazzolla. En el tango están Piazzolla, Troilo, Maffia y Láurenz, y después todos los demás.


"El intérprete debe ser reconocido"


La aprobación de la Ley del Intérprete es la gran obsesión de Leopoldo Federico. "Hay un decreto —explica el músico—, con el que nos manejamos. Lo que queremos es que este decreto sea transportado a una Ley. Desde que estoy acá, estuvimos seis o siete veces cerca de lograrlo, y siempre apareció algo en el camino y tuvimos que empezar de nuevo. A pesar de que el decreto lo estamos ejerciendo. Porque no es que uno se sale con que pretende cobrar no se qué derechos. Esto no es un invento, es algo que ya existe".

"Esto se va a tener que tratar en su momento —continúa el músico—, y en ese momento iremos a explicar los motivos y la necesidad de la promulgación de la ley, para que el decreto pase a ser ley. Si tuviéramos que ver a cada uno de los senadores o diputados que van a definir el futuro de esta ley, y les tuviéramos que explicar a uno por uno el porqué del proyecto, lo vamos a hacer con la gente idónea. De la misma manera, si alguno nos dice que no, ¿podremos conseguir que nos explique los motivos de su oposición al proyecto? ¿O que nos digan quién les pide que digan que no?

AADI, la asociación que preside Federico desde 1986, es la encargada de administrar y distribuir los derechos percibidos por el uso comercial de la música de los intérpretes locales, de cualquier género. "Si yo llegué a hacer algo con la música, el 90 por ciento se lo debo a mis músicos, a mis intérpretes. El intérprete debe ser conocido; no puede ser que esté trabajando de incógnito, poniendo todo lo que tiene que poner en beneficio de alguien que sería el director. Yo también fui un héroe anónimo cuando toqué de músico de fila en alguna orquesta como la de Salgán, o en el octeto de Piazzolla, aunque allí había mucho reconocimiento. Pero hay mucha gente que con el tiempo dejó de actuar, y muchos que ya no están, o que ya están grandes y no trabajan. Tenemos que admitir que el 90 por ciento de los músicos no han llegado a jubilarse, por un descuido o porque en la época en que uno trabajaba no hacía aportes, y de repente se quedó en cero. Mucha gente vive como si tuviera una jubilación mínima de los derechos que le ha dejado su trabajo con las orquestas, por ejemplo, y a veces me toca recibir a los herederos o las viudas de músicos o de cantantes para pedir un adelanto de 300 0 400 pesos para seguir viviendo."
Por Federico Monjeau Fuente: Clarin (ABC Tango)Nota publicada el 29/12/2005

domingo, 23 de noviembre de 2008

Anita O'Day

Anita O'Day
Anita O'Day

Anita O'DayAnita O'Day

Anita O'DayAnita O'Day


Anita Belle Colton (Chicago, 18 de octubre de 1919 - 23 de noviembre de 2006), (Anita O'Day), cantante estadounidense de jazz. Se trata de una de las principales voces femeninas del jazz. Su estilo es tradicional, y oscila entre el swing y el bop; tiene un gran sentido de la improvisación y del ritmo. La voz de Anita O'Day es ligeramente grave y siempre suave.

La primera aparición de Anita O'Day' en una big band rompió con la imagen tradicional de las vocalistas femeninas, situándose a un nivel similar al de los otros músicos del grupo.
Animada por su madre, entró desde muy joven en el mundo de la música a través de varios concursos en los que participaba tanto como bailarina como cantante. Tras malas experiencias en breves estancias con Benny Goodman y Raymond Scott, O'Day consiguió un puesto en la orquesta de Gene Krupa en 1941. Varias semanas más tarde, Krupa contrató al trompetista Roy Eldridge, formándose un trío que alcanzó grandes éxitos como "Let Me Off Uptown", "Boogie Blues" y "Just a Little Bit South of North Carolina". Estuvo también durante un breve periodo con Woody Herman para regresar otra vez con Krupa, hasta abandonarle otra vez en 1943. Estuvo con Stan Kenton en 1944 y, finalmente, antes de su iniciar su carrera en solitario en 1946, otra vez con Krupa.

Su carrera explosionó en 1955 con su primer disco (el primero que, además, editó VERVE) titulado Anita (o This Is Anita). Anita O'Day fue siempre mucho más apreciada en el mundo del jazz que en el del pop, y así frecuentó las actuaciones en los festivales de jazz, apareciendo junto a figuras como Louis Armstrong, Thelonious Monk y George Shearing. Su actuación en el Newport Jazz Festival de 1958 la convirtió en famosa en todo el mundo tras realizarse sobre el mismo una película titulada Jazz on a Summer's Day.

La serie de casi veinte discos para VERVE durante los años cincuenta y sesenta convirtieron a Anita O'Day en una de las más distintivas, seguidas y exitosas vocalistas de su tiempo, solo superada por Frank Sinatra y Ella Fitzgerald. Trabajó con múltiples arreglistas y en muy variados estilos, incluyendo una colaboración llenga de swing con Billy May (Anita O'Day Swings Cole Porter with Billy May), un disco íntimo con The Oscar Peterson Quartet (Anita Sings the Most), varios tradicionales con la Buddy Bregman Orchestra (Pick Yourself Up, Anita), uno de orientación cool con Jimmy Giuffre (Cool Heat) e incluso uno con ritmos latinos con Cal Tjader (Time for Two).

Hacia 1967, Anita O'Day tuvo que detener su carrera debido al extremo agotamiento físico derivado de su intensa actividad artística y estilo de vida, y de su adicción a la heroína.

Tras pasar varios años controlando sus adicciones a las drogas y al alcohol, regresó a los escenarios en el Festival de Jazz de Berlín de 1970 y a comienzos de los setenta con varios discos de estudio y en directo, muchos de ellos grabados en Japón y algunos realizados por su propio sello discográfico, Emily Records. Ha seguido grabando hasta los años noventa.

Publicó su autobiografía en 1981, titulada High Times, Hard Times.Fuente Wikipedia en español