domingo, 2 de junio de 2013

El tango en Colombia

Bares de Tango en Medellín. De izquierda a derecha; Adiós Muchachos, El Patio del Tango, Salón Málaga, EL Homero Manzi, La Boa y La Payanca


Juan Carlos Godoy y Diego Solis en El patio de Tango de Medellin

COLOMBIA. Más allá de la Argentina y del Uruguay ha sido por diferentes motivos, como Francia y como Japón, uno de los países donde se ha cultivado con mayor fervor y permanencia el rito del tango.
Asociado a la historia de éste por el accidente de aviación ocurrido en la ciudad de Medellín el 24 de junio de 1935, cuando muriera Carlos Gardel, otras figuras —directores, compositores y cantantes— habían llegado a Colombia con sus tangos.

"Allá por 1927 ó 1928 —relata nuestro amigo Hernán Restrepo Duque— anduvo por Colombia, con su trio, Augusto Berto. Fue la primera vez que por acá se vio un bandoneón. Y una orquesta típica llamada Buenos Aires, que tenía como atracción un violín corneta, hizo sensación en los años 31 y 32". Son las más antiguas referencias sobre tanguistas en Colombia. Pero fueron los discos el puente divulgador de mayor trascendencia; especialmente los que llegaban desde los Estados Unidos con obras de los repertorios de Carlos Gardel y de Ignacio Corsini, interpretados por cantantes mexicanos o españoles: Juan Pulido, Pilar Arcos, Margarita Cueto, Carlos Mejía, José Moriche, entre otros. Los dos primeros tanguistas argentinos de notable popularidad antes de 1935 y por la reproducción de sus placas grabadas, fueron Alberto Gómez y Agustín Magaldi, ambos artistas de la Victor cuyas matrices grabadas en Buenos Aires eran enviadas a los Estados Unidos para ser incorporados al catálogo internacional de dicha empresa.
Luego, la imagen y el arte de Carlos Gardel llegó a través de sus películas realizadas en Francia y en Nueva York. Después de la tragedia de 1935, imperaron por una parte las estrellas del tango que el cine argentino sembró por Iberoamérica; fundamentalmente Libertad Lamarque, Agustín Irusta y Hugo del Carril. Y por otra los discos importados de dos orquestas que alcanzaron notable suceso: la de Francisco Lomuto con las voces de Fernando Díaz y Jorge Omar, y la de Francisco Canaro con Ernesto Famá y Roberto Maida.

Ya cerca de 1940 Enrique Rodríguez con Armando Moreno y Alberto Castillo —éste con la película Adiós Pampa mía—.
A partir de la década del cincuenta, comenzaron a imprimirse los discos Odeón, con matrices traídas de Buenos Aires: fue cuando el público de Colombia volcó sus preferencias hacia Ignacio Corsini o Mercedes Simone entre los cantantes; y Alfredo De Ánelis, Juan D'Arienzo, Andrés Falgás y Domingo Federico entre las orquestas.
Con el advenimiento del programa radial Radiolente y la vinculación de su creador Hernán Restrepo Duque a la producción fonográfica, comenzó la difusión de muchísimos valores tanguistas en Colombia: por la reproducción de sus grabaciones porteñas, o por la realización de sus versiones fonográficas colombianas. Así, desde febrero de 1952 hasta fines de los setenta, se ha conocido —con diversa y variable aceptación, junto a los estilos de inamovible idolatría— las interpretaciones de Troilo, de Pugliese, de Rivero, Miguel Caló, Raúl Berón, Roberto Goyeneche, no pocos de los cuales actuaron también en escenarios colombianos, por igual que Susana Rinaldi, Atilio Stampone, Rodolfo Mederos, Raúl Lavié.
Otro acontecimiento resultó el Festival de Tango realizado por primera vez en Medellín en octubre de 1968, que siguió celebrándose anualmente (excepto en 1969). A más de las audiciones de Restrepo Duque, se han popularizado otras: Una Hora en Buenos Aires, realización de Hernán Caro y las que ofrecen Humberto Vilches Vera, Roberto Mancini, Oscar Contreras y Julio Peña.
En la década del setenta, han funcionado varias casas con espectáculos nocturnos de tango, entre ellas, la Casa Gardeliana, de Leonardo Nieto; El Rancho, de Irusta, El Abasto, Tango y Caminito. Leonardo Nieto, otro de los infatigables del tango en Colombia, encabeza la Asociación Gardeliana en la que se dictan conferencias y se hace auténtica investigación tanguera y en la que se destacan Orlando Mora, Jesús Vallejo, Luis Guillermo Roldán, Jaime Suárez Panesso y Jaime González. A su vez, el periodista Carlos E. Serna escribe en "El Colombiano" una bien documentada columna tanguista. A la nómina de figuras ya citada, cabe agregar otros nombres que en distintos momentos del tango en Colombia han tenido actuación destacada por diferentes motivos: Joaquín Mora, Alberto Podestá, Néstor Fabián, Rosanna Falasca, Alberto Hi- dalgo, Roberto Ayala, Raúl Berón, Juan Canaro, Osvaldo Tarantino, Carlos Casares, Julio Martel, Roberto Pansera, Alfredo Attadía, Armando Lacava, Raúl Garcés, Jorge Valdéz, Roberto Casal, Carlos Rossi, Raúl Iriarte, Oscar Larroca, Miguel Caló, Alfredo De Angelis, Osvaldo Berlingieri, Ernesto Baffa, Sexteto Tango, Sexteto Mayor, Rubén Juárez y el exitoso intérprete colombiano Guillermo Lamus. Por Horacio Ferrer
Editado y compaginado por El tango y sus invitados.