martes, 31 de enero de 2012

Julian Centeya

Julian Centeya con Anibal Troilo


Julian Centeya con el boxeador Pascual Perez


Julián Centeya (1910-1974), seudónimo de Amleto Enrique Vergiati fue un destacado poeta, recitador y letrista de tango argentino, conocido por sus poesías y textos en lunfardo. Era llamado El hombre gris de Buenos Aires.
Amleto Vergiati tomó su seudónimo junto a la primera canción que escribió, la milonga "Julián Centeya", con música de José Canet
Amleto Vergiati nació en Borgataro, provincia de Parma, Italia. Cuando tenía un año, su padre, un periodista de ideas anarquistas, debió huir de su país, emigrando a la Argentina, a donde arribó en 1912. La familia se radicó inicialmente en San Francisco (Córdoba) y en 1923 se radicó en Buenos Aires,. estableciéndose en el barrio de Parque Patricios.


Amleto realizó sus estudios primarios en la escuela Abraham Luppi, en el cruce de las calles Caseros y Labarden y fue compañero de banco de Francisco Rabanal, quien años después sería Intendente de la ciudad. Cursó sus estudios secundarios en el colegio Nacional Rivadavia, en la esquina de Chile y Entre Ríos, pero no los pudo terminar al ser expulsado por mala conducta en tercer año.

Amleto estableció una profunda relación afectiva con la ciudad, y en particular con su barrio, Boedo, de donde se consideraba oriundo (« pa'ver si se enteran que yo soy de Boedo»).

Su primer libro de poemas fue El recuerdo de la enfermería de Jaime escrito en 1941, y firmado con el seudónimo de Enrique Alvarado. Escribió letras de tangos con importantes músicos como Enrique Pedro Delfino, Enrique Francini, Lucio Demare y Hugo del Carril.

Se desempeñó también en la radio particularmente en Radio Colonia (Uruguay), con su programa En una esquina cualquiera y en Radio Argentina, con su programa Desde una esquina sin tiempo. También escribió artículos para los diarios Crítica, Noticias Gráficas y El Mundo, así como en las revistas Sábado y Prohibido.

En 1969 publicó La musa del barro, con prólogo de César Tiempo, considerado su mejor libro. Ese mismo año grabó en "RCA Victor" varios de sus poemas, incluyendo "Atorro", un descarnado poema en el que desnuda su soledad y su tristeza («negao a todo/piantado de mí»)

En 1971 escribió su única novela, El vaciadero, sobre los "quemeros", los hombres, mujeres y niños marginados de su barrio, que concurrían a "la quema", donde se incineraba la basura, en busca de objetos de valor. Centeya sostenía que el escritor debía estar comprometido profundamente con lo que escribía: «para escribir hay que vivirla; si no nos acunamos en el camelo literario»..Fuente Wikipedia.
Editado por El tango y sus Invitados