domingo, 15 de enero de 2012

Horacio Molina

Horacio Molina y Roberto Goyeneche


Mercedes Sosa y Horacio Molina


Horacio Molina y Martha Argerich


Horacio Molina:  Resumen de notas de las principales publicaciones sobre Horacio Molina

Cantor extraordinario, de elegancia austera y sobria ductilidad, heredero del linaje de Gardel y capaz de devolverles a canciones largamente escuchadas un relieve, un tono o una dimensión insospechada.

"Para algunos es uno de los mejores cantantes de tango, mientras que otros lo discuten, por cantar como canta y no como lo hacen otros”.


Artista de largas tradiciones, integrante de la Academia Nacional del Tango, es capaz de interpretar canciones de otros géneros, pero ha volcado toda su pasión en el tango. Y no sólo como cantante, sino como compositor, como músico.
Se lo puede encontrar en la ya mítica calle Corrientes o actuando en París. Ha compartido escenarios con Mercedes Sosa, Astor Piazzola, Roberto Goyeneche, el Sexteto Mayor, Horacio Salgán, Ubaldo de Lío, Oscar Cardozo Ocampo, Les Luthiers, Jaime Torres, Walter Ríos, como también con Toquinio, Vinicius de Moraes, Nana y Dorival Caymmi, María Creusa y tantos otros.
Pero, para conocer a fondo a Horacio Molina y su obra nos parece importante ver lo que dicen de él prestigiosos críticos de los más importantes diarios de Argentina:“Molina canta el tango como ninguno y en cada verso pone su corazón”. Así tituló una nota Diego Fischerman, de Página 12, definiendo, en pocas líneas, al excepcional músico Horacio Molina. Hablando del CD Molina Tango, expresó: “es esencialmente bello, se escucha con relajación y placer y no ofrece grietas de ninguna clase”. Agrega luego: “se trata de uno de los cantantes más finos, con fraseo más elegante y timbre más cálido y cristalino de este país, cantado 14 tangos elegidos a la perfección. La delicadeza y el rigor obsesivo puesto en la elección de cada acorde, en lograr que la armonía de una versión sea única, posiblemente venga de la bossa nova y del bolero cubano de los años 50. Por que la preocupación porque el texto se entienda y porque algunas palabras puedan volver a ser escuchadas como si fuera la primera vez, quizás provenga de su pasión por el barítono Dietrich Fischer-Dieskau. Claro que nada de eso es ajeno a algunos de los viejos cantantes fundadores del tango-canción. Ni Gardel ni Rivero ni el Goyeneche de los 50 necesitaban inventar nada raro para decir, para que una canción fuera más que todas sus notas puestas en el lugar correcto. Y en esa tradición, aunque con rasgos absolutamente personales, es donde puede situarse a Molina”.
En otra nota, Fischerman aclara refiriéndose al CD Barrio Reo: “tiene el raro mérito de homenajear a Gardel sin caer en ninguno de los tics de Gardel. O, para decirlo de otra manera, es el trabajo de alguien que ama a Gardel pero que jamás se rebajaría a nada que pudiera parecerse a una imitación o una parodia. Molina canta viejas canciones porque está convencido de que son grandes canciones y las canta de la mejor manera posible: con un respeto absoluto por las maneras que le son propias y, al mismo tiempo, sin mimetizarse con las versiones del pasado”.
Para René Vargas Vera, de La Nación, Molina “es excepcional entre los poquísimos que cultivan de la música ciudadana”. Dice que “emula a los mejores: Gardel, Rivero, Sosa y Goyeneche”. También afirma que “es un placer escucharlo cantar a media voz, afinando cada nota, respetando minuciosamente la melodía, fraseando con intensa expresividad, comprendiendo, en definitiva, el sentido estético de la música y el espíritu de los versos”.
Olga Cosentino, del Diario Clarín, considera que “para encontrar un encanto nuevo en las canciones de siempre, no basta con oírselas cantar a una buena garganta, hace falta, además, que el cantor desande los caminos escondidos de las intenciones poéticas y de la melodía que esa canciones atraviesan o, hace falta oírselas cantar a Horacio Molina, intérprete de inusual refinamiento y expresividad”.

Para Ricardo Salton, de Ámbito Financiero, es un “cantante de tango atípico”: “Cuidar que a letra se entienda, tratar de que las inflexiones vocales acompañen el sentido de los textos, elegir un repertorio excepcional y utilizar al máximo los recursos de una voz cálida y expresiva, son los elementos a partir de los que estructura su visión del género”.
Fuente Web de Horacio Molina. Editado por El tango y sus invitados