martes, 9 de febrero de 2021

Charlo

Charlo en el año 1924
Charlo en el año 1924


Canta Charlo acompañado por la orquesta que dirige Lucio Demare(de pie, a la  derecha).
Canta Charlo acompañado por la orquesta que dirige Lucio Demare(de pie, a la derecha).


Charlo en 1936
Charlo en 1936


Charlo en compañía de Corsini, Julio De Caro, Ernesto Famá y Francisco Lomuto.
Charlo en compañía de Corsini,  Julio De Caro, Ernesto Famá y Francisco Lomuto.


Charlo con Mercedes  Simone,  Gardel, Francisco Canaro y Osvaldo Fresedo, en 1933.
Charlo con Mercedes Simone, Carlos Gardel, Francisco Canaro y Osvaldo Fresedo, en 1933

CHARLO. (Nombre de familia: Juan Carlos Pérez de la Riestra). Músico. Cantor. Pianista. Compositor. Autor. Dentro de la corriente de voces formadas en la escuela de Carlos Gardel y aparecida poco después del advenimiento artístico de éste, fue uno de los intérpretes que se expresó con mayor independencia de estilo. Barítono, con tendencia a tenor en sus comienzos —de buena tesitura siempre— su timbre, de perfecta adaptabilidad para el tango y una manera de frasear angulosa y propensa al virtuosismo vocal, caracterizaron su personalidad de intérprete, altamente representada en versiones como las que alcanzó en los tangos Olvido, Las cuarenta, Nostalgias, Y qué más, Ave de paso, Cobardía. Ejerció una vasta influencia artística en cantores que le sucedieron y que tomaron su estilo como punto de referencia, Armando Moreno y Alberto Marino, entre ellos. Su dúctil temperamento musical compartió en toda su trayectoria el canto con la ejecución de varios instrumentos—como guitarra, piano y acordeón —revelando en éstos su buen gusto para la armonización, reflejado siempre en la elección de sus acompañamientos, en particular los guitarrísticos, que renovó sensiblemente con la colaboración de Roberto Grela; luego de 1932.
 La más llamativa de sus facetas musicales ha sido, sin duda, la de compositor. Enraizado por la modalidad de su caudalosa inventiva melódica a los hombres de la tendencia que crearon y promovieron Delfino y Cobián, alternó en ella con Mora, Pichuco, Demare, Malerba, Laurenz, Rodio, en la proyección del refinado repertorio de cantables que perfiló de manera inconfundible a los tangos de la década del treinta. Composiciones suyas como Horizonte, Ave de paso, Tormento, Viejas alegrías y otras que dio a conocer luego, como Sin lágrimas, Fueye, La barranca, Rondando tu esquina, Zorro plateao, Tango en Colombia, están ya incorporadas a la mejor antología de obras de su género. Cultivó también con verdadero interés el tango para orquesta, con Don Alvaro, y especialmente con Diquero y Barbeta —que dedicó a Homero Manzi—.
Nació en La Pampa en la estancia El Avestruz, el 6 de junio de 1907. En la escuela rural de Puán, localidad próxima, recibió su instrucción primaria. En el Conservatorio de Santa Cecilia, del mismo pueblo, el maestro Alejandro Leone le impartió los primeros conocimientos musicales, cursando en La Plata los estudios secundarios. Mudó luego con su familia a Buenos Aires, residiendo en el barrio de Belgrano. En esa época abandonó las aulas llamado por cierta bohemia juvenil que lo empujó a su carrera de artista. Inició ésta en 1924, como cantor y como pianista en las transmisiones precursoras de Radio Cultura, y en discos Electra con Morochita y Ensueño azul, como placa inicial.
Su debut en público tuvo lugar al año siguiente en el Teatro de la Comedia, de la calle Carlos Pellegrini, durante la representación de los saínetes Pim pam pum Rataplán y Pinta Brava; para el segundo compuso su tango primero del mismo nombre, con letra de Mario Battistella. En 1925, grabó su primer disco para Victor: Costurerita y Pobre varón. Poco después, por intercesión de Mauricio Godard, director artístico de la casa Odeón, fue escuchado por Francisco Canaro, quien lo invitó para cantar los estribillos de las obras presentadas en los con-cursos organizados por Glucksmann; su disco de debut en Odeón: Ramona y Lindo tipo de varón (1928). Presentado como figura, cantó luego con Canaro en un festival realizado en el Teatro General Belgrano de la calle Cabildo. Colaboró también con la orquesta de Francisco Lomuto. En 1932 hizo su primera actuación en Montevideo, en el cine Cervantes; y, tres años más tarde, en Río de Janeiro, donde con un marco ambiental carioca, compuso sobre versos de Cadícamo, el tango Ave de paso. Durante la primera época del cine sonoro tuvo papeles en varias películas, entre ellas: Puerto Nuevo, en 1936, junto a Pepe Arias, Sofía Bozán y Alicia Vignoli dirigido por Amadori, y Carnaval de Antaño, de 1940, junto a Parravicini y a la Bozán, dirigido por Romero, además de Los Muchachos se Divierten y Los Troperos. En 1939 actuó acompañado por la orquesta Demare-Vardaro en LR3.
Realizó muchas y largas incursiones por el exterior, habiendo alcanzado junto a su entonces esposa, la actriz y cancionista Sabina Olmos, un señalado suceso en Portugal en 1959, con el espectáculo de su creación Estampas de Hispanoamérica, ofrecido en la televisión y en el Casino de Estoril, en el Gran Hotel Embajador y en la boite Bico Dourado, de Lisboa. Residió largo tiempo en España, donde participó en películas de cine, ciclos radiales y televisivos y temporadas teatrales en Madrid y otras ciudades peninsulares. Actuó en Colombia y en Venezuela; regresó más tarde a Buenos Aires, en la cual, durante las sucesivas instancias de su labor, le acompañaron conjuntos orquestales dirigidos y arreglados por Héctor Stamponi o Roberto Pansera. En 1968 hizo un ciclo por LR5, relatando la historia de sus obras. A más de los tangos ya mencionados, compuso estos otros: Sin ella, Dios te salve, Linda pinta de varón, No me olvides, Sin cariño, Tango de la ausencia, El bailarín de tangos, el vals Tu pálida voz y la milonga Oro y Plata. Fue presidente de la Unión Argentina de Variedades.
Horacio Ferrer, para El tango y sus invitados