miércoles, 7 de octubre de 2009

Buenos Aires 8 Semblanza

Buenos Aires 8Buenos Aires 8
Buenos Aires 8 en 1968 Buenos Aires 8 en 1968
De izq. a der: (de pie) Clara Steimberg, Chichita Fanelli, Analía Lobato, Ani Grunwald, Horacio Corral; (sentados) Miguel Ángel Odiard, Fernando Llosa y César Leonardo Tolaba.


Buenos Aires 8 en el Viejo Almacen en 197Buenos Aires 8 en el Viejo Almacen en 1975


BUENOS AIRES 8. Conjunto vocal.
Si desde el primer disco Jazz Sebastian Bach la agrupación The Swingle Singers, dirigida por el arreglador norteamericano Ward Swingle fue estimada con jerarquía de modelo mundial dentro de su arquitectura musical de voces, este conjunto le está a la par, con un mérito adicional: en tanto aquél se ha apoyado en textos musicales clásicamente consagrados (Bach, la música barroca, Mozart, los maestros españoles), éste ha emprendido el romántico e internacionalmente más adverso camino de arreglar y/o adaptar para doble cuarteto de voces el arte musical argentino exclusivamente: desde Aguirre hasta Ariel Ramírez y desde Greco —pasando por Francisco De Caro y Aníbal Troilo— hasta Horacio Salgán y Astor Piazzolla: ''Nuestra música ciudadana—ha dicho éste, hablando del grupo— comienza una nueva etapa sonora. Esta es la mejor manera de jerarquizar el tango. Con calidad. Esto prevalecerá". Ya ejecutando vocalmente los arreglos de Astor, adaptados por Horacio Corral, o los arreglos especialmente concebidos por Corral y por Tolaba, las ocho voces de soprano a bajo recorren con asombrosa fluidez y calidez dificultosos y bellísimos conceptos armónicos y contra puntísticos, con precisión que jamás empaña el gran corazón del arte, y con un amor por el arte que en caso alguno pierde el equilibrio de los planos sonoros en solos, acompañamientos, contracantos y pasajes rítmicos, apelando para completar la gama de timbres y colores, al contrabajo (tocado por Corral) y a una delicada paleta percusiva generalmente a cargo de Fernando Llosa. Entre muchas realizaciones de antología y únicamente a título de síntesis ejemplar en lo que a tango hace, cabe citar Adiós Nonino, La cachila, Milonga del ángel y Ojos negros. Nació a la consideración del público el 30 de diciembre de 1966 en la Galena Las Heras, de la avenida Las Heras y Canning cuando se presentó por primera vez bajo los auspicios del Centro de Estudios Visuales. Su denominación inicial fue Vocal Buenos Aires, y los arreglos fueron escritos por Elsa Farrel de Corral, madre de Horacio Corral. La integración de ese comienzo fue: César Leonardo Tolaba ("Gully"), Horacio Edelmiro Corra!, Fernando Ignacio Llosa, Miguel Ángel Odiard, Angélica María Fanelli ("Chichi"), Analía Lobato, Lidia Berta Tolaba y Ana María Palazzo, con repertorio basado en obras de Williams, Guastavino, Aguirre y López Buchardo. En 1967 ingresó Clara Steimberg en lugar de Ana María Palazzo, y actuaron en Telemúsica, de Raúl Matas por Canal 11, en el Festival Latinoamericano y en el Festival de Cosquín. En el Michelángelo, de la avenida Quintana y Ayacucho, se presentaron al año siguiente grabando para Music-Hall un primer larga duración con el repertorio de clásicos argentinos citados más Ginastera. En dicha placa que salió a la venta en marzo de 1969, cantó tres de los surcos Ani Grunwald, que sustituyó a la voz de Lidia Tolaba. Así integrado el conjunto cantó durante 1969 en el nuevo Michelángelo de San Telmo; en El Sótano, de Talcahuano y Corrientes, y en Poncho Verde (compartiendo el cartel con Chabuca Granda, Hugo Díaz, Juan Dalera, Rodolfo Mederos y el Grupo Vocal Argentino. Alternó su presencia en Buenos Aires con giras que llegaron de Humahuaca a Ushuaia. Ya en el verano del 70 se presentó en el Bell-Motel, de Villa Gesell y en junio de ese año en Caño 14: "Escuchando la orquesta de Enrique Mario Francini, en el Caño —afirma César Tolaba— comenzamos a entender el tango y a interesarnos en sus posibilidades con relación a nuestro conjunto". Así prepararon el segundo L.P., con transcripciones de arreglos de Piazzolla para voces de coro realizadas por Horacio Corral: Buenos Aires, Hora 8, apareció en noviembre de 1970. "Y ya estábamos maquinando el disco de tangos de diversos compositores, porque somos un conjunto de música argentina", recuerda Corral. En 1971 cantaron en el Teatro Regina y en agosto de ese año se vincularon a El Viejo Almacén. Realizaron un corto para la televisión alemana, por invitación de la cual viajaron en 1972 a Saarbrücken la ciudad alemana que los recibió con halagos y trato “primermundista haciendo programas especiales de TV en los que Astor Piazzola ¡fue el invitado...!
Actuaron en Caracas, a donde volvieron en 1973, temporada en la que apareció el tercer disco de la agrupación (los tangos Responso, Danzarín, Flores negras, Don Agustín Bardi, etc.). Ya en 1974 (Magdalena León reemplazó a Ani Grunwald, quien fue preparada para este reemplazo desde el 15 de diciembre de 1973) fueron sucesivamente contratados para San Pablo (televisión), Montevideo (Teatro Solís) y en Buenos Aires, siempre El Viejo Almacén, más diversos recitales, incluso el ciclo de los sábados con público, por Radio Municipal. En 1975 volvieron a Brasil —San Pablo y Río— en mayo y en octubre; y tras la temporada del verano del 76 en Villa Gesell, Laura Hatton por Analía Lobato, actuando el año entero en La Ciudad y grabando con su nueva integración el cuarto larga duración (con incorporación de guitarra, piano, sikus, etcétera, conforme los temas), destinado a temas de folklore con letras. En espectáculo compartido con Oscar Cardoso Ocampo y Hugo García cantaron en 1977 en los escenarios del Gaspacho café concert, en El Viejo Almacén, de San Telmo, y en Porto Alegre. Participaron en tres películas: Los Días que me Diste (direccion: Fernando Siro) y Bodas de Cristal (ambas de 1975) y en 1976, en El Canto Cuenta su Historia (Dirección: Héctor Olivera). Sus discos han sido reeditados en Uruguay, Brasil, Colombia, Venezuela, España y Japón: Horacio Ferrer. 

(Se agradece a Ani Grunwald integrante de Buenos Aires 8, los datos que nos hizo llegar para realzar la biografia)

martes, 6 de octubre de 2009

Camela

(Camela)Angeles(Camela)Angeles

Camela(Dioni, Angeles y Miguel)Camela(Dioni, Angeles y Miguel)


Camela es un trio musical español. Su estilo se puede enmarcar dentro del pop español, si bien también es definido como "tecno-rumba".Todo empezó en San Cristóbal de los Angeles, una barriada de Madrid, donde tres amigos (Ángeles, Dioni y Miguel Ángel) tenían una afición en común: la música. Es por ello que cuando tenían algo de tiempo libre se reunían para tocar, cantar y bailar.

Sin cazatalentos ni sellos discográficos que les ofrecieran un contrato maravilloso, contando sólo con sus ahorros, se fueron a un centro de grabación. Fueron 200.000 pesetas muy bien aprovechadas. Se animaron, se costearon también una salida de cassettes y un distribuidor de la zona se ofreció a intentar venderlos. Así empezó la bola de nieve: nacía Camela. Corría el año 1992 y editan el cassette "Junto a mí" seguido meses después por "Me gustan tus ojos" (1993). Los cassettes se vendían en los mercadillos y se agotaban por semanas. Por fin el destino jugó un punto a favor del grupo. Una cassette cayó en manos de Alfonso Corral, propietario de una pequeña discográfica independiente. Corría el año 1994 cuando salió su primer disco, "Lágrimas de Amor".

Sorprendidos por el éxito alcanzado, lanzan en 1995 su segundo trabajo: "Sueños inalcanzables", manteniéndose durante treinta semanas entre los cincuenta discos más vendidos. En 1996, con más de 120 conciertos por toda España y numerosas apariciones en televisión y radio, Camela preparó un nuevo disco y para ello escogieron doce temas de aquellas maquetas que hicieron en sus comienzos y las mezclaron con nuevos instrumentos para ofrecer a sus fans "Sus 12 Primeras Canciones".

1997 fue un año inolvidable para Camela. "Corazón indomable" su nuevo y más esperado trabajo consiguió, por primera vez en la historia del grupo, situarse en el número uno de los discos más vendidos[cita requerida], llegando incluso a dejar atrás a artistas de renombre nacional e internacional.

En 1998, "Camela Dance", lo nuevo de Camela, volvió a batir records: A la semana de su salida, ya eran doble disco de platino. El siguiente año, 1999, fue un año de transiciones. El grupo había fichado por la multinacional EMI y su anterior casa discográfica editó "No puedo estar él", cuya principal novedad era "Niña enamorada", primer tema compuesto íntegramente por Dioni.

En el año 2000, formando parte ya de la discográfica EMI, sacaron "Simplemente amor", un disco "nuevo", cuidado al máximo detalle, con el que vuelven a batir records de ventas y a ser los número uno durante varias semanas[cita requerida].

En el mes de mayo de 2001, viajan hasta Sudamérica para promocionar el disco en Chile. Más de doscientas personas estaban allí para recibirlos[cita requerida]. El momento cumbre de su visita al país fue durante la actuación promocional que dieron en el Paseo de la Ahumada, un lugar donde cantan los artistas que empiezan a darse a conocer y que, generalmente, logran reunir entre quinientas o mil personas. Pero durante esa actuación, allí se aglutinaron unas diez mil personas[cita requerida]. A finales de septiembre de ese mismo año, el grupo publica "Amor.com", un trabajo que supera las 400.000 copias para sumar un total de cuatro millones de discos vendidos a lo largo de su carrera, motivo por el cual les fue entregado el disco de diamantes[cita requerida].

Un mes después, Camela regresó a tierras chilenas para ofrecer un concierto en el Estadio Santa Laura, que congregó a unas diez mil personas.

Para el 2003 ofrecieron un nuevo álbum, el noveno de su historial y el tercero editado con EMI Hispavox, titulado "Por siempre tú y yo", con nuevas canciones compuestas por Dioni, Ángeles y Miguel Ángel. Para el 2004 el grupo vuelve a ser noticia con "10 de Corazón", doce temas nuevamente compuestos por Dioni y Angeles con el que celebran sus diez años de carrera discográfica.

Durante el 2005 Camela se toma un respiro y su sello discográfico lanza "Camela Oro", dos discos donde se recoge lo mejor del grupo. Sus fans no pueden esperar y Camela vuelve a escena ofreciendo disco por año: "Se ciega por amor" del 2006 y "Te prometo el Universo" del 2007. En Mayo del 2008 "Laberinto de amor" . Fuente Wikipedia

lunes, 5 de octubre de 2009

Cuarteto Almagro

Cuarteto AlmagroCuarteto Almagro (Leo Weis, Juanjo Mosalini, Alfredo Rubin y Fabricio Pieroni)


El talento hace del Cuarteto Almagro una experiencia musical cabalmente feliz. Con nostalgia e ironía, todo el rigor del género y un toque de vanguardia en la libertad de sus versiones. Buen tango, hecho con libertad, puede ser una adecuada definición para el Cuarteto Almagro, creado en 1997 por Alfredo Tape Rubín, bajista, compositor, letrista, arreglador ycantante. Resalta en el conjunto la captura de elementos estilísticos de Astor Piazzolla y de Osvaldo Pugliese, y es notable también el apego al tango, del que en ningún momento se olvidan. Pero en su enfoque no hay dramatismo, y en todo caso una nostalgia dosificada. Predomina un ánimo vital y hasta divertido, que se explicita en piezas como Pantera tanguera, broma musical sobre el tema de Henry Mancini; o Cosmotango, con alusiones a 2001, Odisea del Espacio. Pero más allá del juego, aquí hay tango en serio. Los arreglos evitan complejidades inútiles y toda grandilocuencia, y salen airosos de propósitos nada triviales, como el de convertir a Libertango en un verdadero tango, lo cual recuerda aquellas muy particulares versiones de las obras de Astor que reelaboraba la orquesta de Pugliese. Se trataba de un vanguardismo sui generis, diferente de todos. Buena parte del material de este compacto consiste en piezas escritas por Rubín y el pianista del conjunto, Fabrizio Pieroni. No son tangos con pretensión de que alguien, tras escucharlos, camine por la calle silbándolos (hábito por otro lado caído casi en desuso). En este sentido, no son estrictamente "populares", pero, de todas formas, ¿cuál es la "popularidad" a la que podría aspirar hoy un músico de tango? El CD se cierra con La menor (idea), obra colectiva del cuarteto que apela a esa tonalidad amigable para el bandoneón, según explica en el cuadernillo Juan José Mosalini, padre de Juanjo, fueye de esta formación de cámara. Considerando que Mosalini padre integró la orquesta de Pugliese en los primeros años 70, es posible que fuera a través de su hijo por donde las estupendas ideas de aquel ensamble descendieron hasta estos almagrenses. Los valsecitos suelen tener la virtud de despertar, incluso en los músicos actuales, añoranzas de tiempos idos. Así, en Analía -presumiblemente dedicado a la pianista Analía Goldberg, hoy integrante con Paulina Fein del dúo Las Pibas- el cuarteto se torna absolutamente tradicional. Acontece lo mismo con La siciliana. Y en estos casos cobra mayor relieve aun el buen sonido de este conjunto, que completa Leo Weiss en violín. Historia aparte son las cuatro piezas cantadas, que comienzan por la milonga Ella se fue, continúan con los tangos Lysou y Bluses de Boedo (con una alucinada mezcla de blues y De Caro), y concluyen con el vals La Marilyn. No es fácil hallar referencias para estas letras, que en todo caso podrían entenderse como aquello que un Cadícamo reencarnado escribiría si le tocara crear ahora, y no entre los 20 y los 40. Pero con la intención no basta. La imaginación poética es un insumo indispensable. Bien cantadas por Rubín, su creador, pueden aceptarse a lo sumo como un tanteo en busca de nuevos cauces para la letra de tango, especie casi extinguida. Producto del cruce de experiencias entre músicos de tango activos en Argentina y en Europa, Cuarteto Almagro añade valor, sobre todo instrumental, a ese vasto pero también disperso movimiento tanguístico internacional, que el público argentino desconoce casi por completo, aunque podría suponerse que le toca tan de cerca. Fuente: Tango que me hicistes bien-Enero 2002


Son cuatro músicos que se lucen en arreglos y recurren a la tradición tanguera para crear sus propias melodías, algunas muy bellas. O son cuatro "atorrantes" que pintan con sus blues a Boedo, juegan con sorprendente habilidad entre acentos de dos por cuatro con el "Libertango" de Piazzolla y luego echan mano sin prejuicios a páginas musicales consagradas en la pantalla grande (perteneciente a crónicas espaciales o a aventuras de la Pantera Rosa). Son las dos cosas al mismo tiempo. Y es indudable que aquí hay ganas de tocar de a cuatro. Esto se nota en apariciones individuales que nunca se olvidan de la intención del conjunto, en sus prolijos uniformes negros y corbatas azules, en un vals de giros románticos, en yeites de orquesta típica y también en el momento de apoyar los versos escritos por Tape Rubin. Se trata, en todo caso, de pequeñas pero muy atractivas cuotas de tango-canción que se cuelan entre una mayoría de temas instrumentales. Fuente: Mauro Apicella La Nacion en 2002

domingo, 4 de octubre de 2009

Gigliola Cinquetti

Gigliola CinquettiGigliola Cinquetti

Gigliola CinquettiGigliola Cinquetti

Gigliola CinquettiGigliola Cinquetti


Gigliola Cinquetti ( n. Verona, 20 de diciembre de 1947) es una cantante y animadora de televisión italiana.

Debuta a los dieciséis años en el Festival de San Remo de 1964, junto con Patricia Carli, ganando el concurso con la canción Non ho l'età (per amarti) ("No tengo edad (para amarte)"). Dos meses después vence en Copenhague, con la misma canción, en el Festival de la Canción de Eurovisión.

En total, ha participado en doce ediciones del Festival de San Remo, venciendo en dos ocasiones. La segunda vez fue en 1966, en compañía de Domenico Modugno, cantando la canción Dio, come ti amo ("Dios, cómo te amo"). En 1973 participa en el programa "Canzonissima" venciendo con la canción Alle porte del sole ("A las puertas del cielo"), re-editada dos años después por el cantante italoamericano Al Martino, que alcanzó la posición número 17 en el Billboard Hot 100. En 1974 participa de nuevo en el Festival de Eurovisión, quedando segunda con la canción Sì (ya que la primera posición la alcanzó ABBA, con la canción "Waterloo"). La versión inglesa del tema llegó a la séptima posición de la lista de ventas inglesa.

Durante los años 90 y hasta hoy en día trabaja como animadora de televisión en la RAI.Fuente Wikipedia

Trio Los Panchos

Los Panchos(Enrique Cáceres, Chucho Navarro, Alfredo Gil)Trio Los Panchos(Enrique Cáceres, Chucho Navarro, Alfredo Gil) formacion que grabo el LP con Eydie Gorme


Trío Los Panchos surge en Nueva York en Junio de 1944. Nace como parte del fenómeno de la emigración e integración Latina en un medio que le resultaba extraño y hostil. Alfredo Gil y Chucho Navarro se encuentra conHernando Aviles en Nueva York y deciden formar un trío de voces y guitarras.

La historia de cómo nace el Trío Los Panchos Se las relato de la misma forma y manera que la recibí del dilecto Juan Reséndiz Picasso — compueblano de Alfredo Gil.

"Mas o menos por junio de 1944 Se deshizo el conjunto de Felipe Gil, quedando al garete Alfredo Gil y Chucho Navarro, ninguno de los cuales era primera voz. por lo que al faltar esa primera voz de hecho los dos restantes quedaban al desamparo artístico."

"Fue una noche de ese mismo mes, a unos cuántos días de salir Felipe Gil, que fui a una fiesta que ofrecían unos amigos puertorriqueños, entre los cuales estaban Machito y su Conjunto. Bobby Capo, Servando Díaz y su Trío. Mirta Silva. entre otros que recuerdo, no sé si para festejar la boda de los mejicanos Eva Garza con Felipe Gil, o por cualquier otro motivo, porque a los artistas latinoamericanos. jamás les faltaron rnoviles para festejar. También asistieron a la fiesta Alfredo Gil y Chucho Navarro. Por sorpresa de la vida otro de los invitados, desconocido hasta entonces por Alfredo Gil y Chucho Navarro, era Hernando Avilés. Para esa fecha Hernando cantaba como solista con orquestas latinas, entre estas, la de Juanito Zanabria y la del maestro Bobby Quinton. Siendo la fiesta de tono bohemia grande, todos los presentes participaban conforme a sus talentos y posibilidades. Hernando Aviles canto "Sin Bandera”. de don Pedro Flores. Al escucharlo Alfredo Gil y Chucho Navarro al instante comprendieron que no tenían que buscar mas la primera voz que necesitaban para formar su Trío. Con un breve y ligero ensayo esa misma noche, cantaron juntos por primera vez. Surgió entonces el Trío, aunque aun sin seleccionar el nombre que pasearían por los mejores escenarios latinos."

Hernando Avilés, en un programa que le dedicaran en el desaparecido "Show Goya”, hace muchos años, ofreció otra versión de la formación del Trío Los Panchos.

Según Hernando, allá para mayo de 1944 el había llegado de un viaje que como solista había hecho a Nueva Orleans. Conoció a Alfredo Gil y Chucho Navarro en los estudios de la "Columbia Broadcasting System”, donde se presentaba El Charro Gil y sus Caporales, que recién habían llegado de una gira. Venían disgustados y ocurrió la separación del grupo. Alfredo y Chucho le encontraron mientras caminaban por la Calle 51 y Séptima Avenida y le invitaron a formar un trío juntos. Comenzaron a ensayar y así surgió el Trío Los Panchos.

Existe otra versión en cuanto a la formación del grupo que gira igualmente en torno al Charro Gil y sus Caporales.

Dice esta otra fuente "La agrupación Los Panchos surgió al panorama artístico en el I 944, cuando el requintista mejicano Alfredo el ‘Guero’ Gil y su compatriota José de Jesús 'Chucho’ Navarro {segunda voz) viajaran a Nueva York en busca de una primera voz para formar su trío. Ambos provenían del grupo Los Caporales, dirigido por Simón (otros le llamaban Felipe), 'el Charro Gil’ (hermano del Guero), quien acababa de perecer trágicamente v. tras su muerte. el conjunto se disolvió."

Según algunos conocedores de esa época. Simón se quedo dormido mientras fumaba, cogiendo fuego el mosquitero y luego la habitación, rnuriendo él quernado.

Al comenzar la búsqueda de una primera voz para integrar el grupo de Alfredo Gil y Chucho Navarro. la primera persona en quien pensaron fue en una dama a quien conocían por ser la esposa del conocido compositor Chucho Monge. Poseía una bonita voz y un estilo que parecía ser el complemento de Chucho y Alfredo. Esta primera idea no progreso y es entonces cuando aparece Hemando Avilès. Se integran y forman el Trío que adoptaría el nombre de Los Panchos’.

1944-1951
El Trío Los Panchos, formados por Alfredo Gil, Chucho Navarro y Hernando Aviles emprenden una larga y exitosa gira por Latinoamérica dándose a conocer como "la trilogía mas perfecta de América".Fuente web de fans de Los Panchos

Homenaje a Mercedes Sosa de "El tango y sus invitados"

Mercedes Sosa
Mercedes Sosa
Mercedes SosaMercedes Sosa
Mercedes Sosa en 1980
Mercedes Sosa en 1980

Haydee Mercedes Sosa(9 de julio de 1935 - 4 de octubre de 2009)
Nacio en San Miguel de Tucumán, Argentina, afectuosamente conocida también como "La negra", es una cantante de raíz folclórica argentina muy reconocida en América Latina y Europa, considerada una de las exponentes principales de la nueva canción. Asimismo ha incursionado en otros géneros musicales como el tango, el rock y el pop, entre otros.

Su popularidad le ha ganado el apelativo de la "voz de Latinoamérica", y su trayectoria ha sido resumida en las palabras de su compatriota Fito Páez: "Mercedes Sosa es la mejor cantante que ha dado este país".

"La Negra" Sosa es muy admirada por la profundidad y singular belleza de su voz. En sus inicios poseía un registro cercano a una soprano, pero luego evolucionó hacia algo más grave. Su registro vocal es de más de dos octavas, y su punto fuerte es la potencia con que afronta los graves. Gracias a su timbre oscuro y cálido y a una perfecta entonación, se ha convertido, sin duda, en una de las voces más destacables de la historia de la música.

Descendiente de diaguitas y franceses,[1] comenzó su carrera usando un seudónimo: Gladys Osorio.

En 1950, a los quince años, ganó un concurso musical organizado por una emisora local de radio y la contrataron durante dos meses.

Junto con su primer marido, Manuel Oscar Matus, con el que tuvo un hijo, y Armando Tejada Gómez, fueron intérpretes clave del movimiento de la nueva canción desarrollado a mediados de los años 1960 (que fue llamado Movimiento del Nuevo Cancionero en Argentina). Luego de publicar su primer disco en 1962 (La voz de la zafra, RCA LXA-7009),que pasó inadvertido, graba un segundo álbum en 1965, Canciones con fundamento, que pasa igualmente inadvertido, pero que en el futuro se volvería el disco exponente del Nuevo Cancionero. Pero fue en ese mismo año de 1965, que Mercedes Sosa alcanzó la consagración popular, cuando Jorge Cafrune la invitó por iniciativa propia a subir a cantar al escenario del Festival de Cosquín, el más importante del país.

Por esa época lanzó con su voz la obra de los compositores tucumanos Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez inmortalizando canciones como "Tristeza" de los Hermanos Núñez. En 1967, hizo una exitosa gira por los Estados Unidos y Europa. En los años subsiguientes, continuó actuando y grabando, extendiendo su repertorio hasta incluir material de toda América Latina.

A comienzo de los años 1970, publicó dos álbumes conceptuales en colaboración con el compositor Ariel Ramírez y el letrista Félix Luna: Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas. También hizo un tributo a la cantautora chilena Violeta Parra.

Simpatizante de Perón en su juventud, apoyó las causas de izquierda a lo largo de su vida. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, permaneció en el país a pesar de la represión y del hecho de que sus discos fueran prohibidos, hasta que en 1979, en un concierto en La Plata, fue cacheada y detenida en el propio escenario y el público asistente arrestado. Se exilió entonces en París y después en Madrid. Poco antes había muerto su segundo marido.

Volvió a la Argentina en 1982, poco después de que el régimen militar se viera obligado a iniciar el traspaso del poder a un gobierno civil, tras la Guerra de Malvinas. En esa ocasión realizó una serie de conciertos históricos a sala repleta en el Teatro Ópera de Buenos Aires, que se convirtieron en un acto cultural contra la dictadura, a la vez que un hecho renovador de la música popular argentina, al incluir temas y músicos provenientes de diferentes corrientes musicales, como el folclore, el tango y el rock nacional. La actuación fue registrada en un doble álbum que constituyó un éxito de ventas y uno de los discos destacados de la historia musical del país.

Como productora, organizó uno de los espectáculos más importantes presentados en la Argentina: "Sin Fronteras", que reunió en el estadio Luna Park de Buenos Aires: las argentinas Teresa Parodi y Silvina Garré, la colombiana Leonor González Mina, la venezolana Lilia Vera, la brasileña Beth Carvalho y la mexicana Amparo Ochoa, además de la propia Mercedes.

Durante los años siguientes continuó dando recitales exitosos dentro y fuera de Argentina, actuando en estadios y en los escenarios más grandes y prestigiosos como el Lincoln Center, el Carnegie Hall donde recibió una ovación de 15 minutos, el Mogador de París y el Concertegebouw de Ámsterdam, el Teatro Colón de Buenos Aires, en el coliseo romano, etc. En 1992 cantó en la Quinta Vergara, de Viña del Mar y en el Estadio Chile, de Santiago. Fueron tres actuaciones cargadísimas de emociones y en 1993 vuelve nuevamente para intervenir en el Festival Internacional de Viña del Mar. representó a las voces de la Argentina y América, en el Segundo Concierto de Navidad realizado en la Sala Nervi del Vaticano. Fue la más aplaudida en ese espectáculo realizado para el Vicariato de Roma y el papa Juan pablo II.

Siguió siempre ampliando su repertorio, y grabando en varios estilos. Fue convocada por artistas internacionales como Luciano Pavarotti, Sting, Lucio Dalla, Nana Mouskouri, Tania Libertad, Joan Baez, Andrea Bocelli, Silvio Rodríguez, Alfredo Kraus, Pablo Milanés, Milton Nascimento, Caetano Veloso, Chico Buarque, Gal Costa, Gian Marco, Konstantin Wecker, Nilda Fernández, Pata Negra, David Broza, Luz Casal, Cecilia Todd, Ismael Serrano, Shakira, entre otros.

También colaboró, en diversas oportunidades, con músicos argentinos de la talla de Atahualpa Yupanqui, Charly García, Roberto Goyeneche, Ariel Ramírez, Fito Páez, León Gieco, Víctor Heredia, Pedro Aznar, Antonio Tarragó Ros, Alberto Cortez, Los Chalchaleros, Piero, Teresa Parodi, Rodolfo Mederos, David Lebón, Julia Zenko, Soledad Pastorutti, etc.

De los reconocimientos que ha recibido sobresale el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO, el Martín Fierro 1994 al mejor show musical en televisión.


Sosa (sentada) con Cristina Fernández.También el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas que la distinguió por su labor en defensa de los derechos de la mujer; Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década. También recibió otra distinción, esta vez del Consejo Interamericano de Música de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Ese año fue además incluida por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en la colección discográfica denominada Global Divas.

Fue condecorada con honores en el año 2005 por el "Honorable Senado de la Nación Argentina" con el premio "Sarmiento" en reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su constante lucha en materia de Derechos Humanos. Así también se alzó con varias estatuillas en los Grammy Latinos y los Premios Gardel. En el año 2008 fue nombrada embajadora cultural de Mendoza junto al grupo Karamelo Santo por el gobernador Celso Jaque.

Actualmente se desempeña como Embajadora de buena voluntad de la UNESCO para Latinoamérica y el Caribe.

El 18 de septiembre de 2009, ingresó al Sanatorio de la Trinidad en Buenos Aires debido a una disfunción renal, la cual ha evolucionado negativamente hacia una falla cardio-respiratoria. Fallecio el 4 de octubre de 2009 Fuente Wikipedia

sábado, 3 de octubre de 2009

Juan Canaro

Juan Canaro, Maria de la Fuente y Hugo Baralis en Japon en 1954Juan Canaro, Maria de la Fuente y Hugo Baralis en Japon en 1954
Juan Canaro en 1933Juan Canaro en 1933
Partitura de Ahi va el Dulce de Juan CanaroPartitura de Ahi va el Dulce de Juan Canaro


CANARO, Juan. Músico. Bandoneonista.Director. Compositor.(24 de junio de 1896-16 de marzo de 1977)
Nació en la ciudad de San José —Departamento del mismo nombre, R. O. del Uruguay. Hermano de los músicos, Francisco, Rafael, Humberto y Mario Canaro, vivió desde la infancia en Buenos Aires en el barrio de San Cristóbal, en la calle Sarandí. Juntamente con sus hermanos Francisco y Rafael, contribuyó, en plena niñez, al sostenimiento del hogar paterno, vendiendo diarios en las esquinas de su barrio.
Posteriormente, trabajócomo obrero de la construcción, alternando estas ocupaciones con sus primeras inquietudes musicales que lo volcaron al bandoneón. Debutó profesionalmente en el conjunto de Francisco en 1917 durante la actuación de éste en el cabaret Pigall, haciendo pareja con Osvaldo Fresedo inicialmente, luego con Minotto, más tarde con Carlos Marcucci. Actuó por entonces en Brasil hasta 1924, y en 1925 integró la embajada que su hermano formó para viajar a París. En 1926 quedó a cargo de dicho conjunto, tocando luego en el Club Mirador, de Nueva York. En 1927, compartiendo la dirección con su hermano Rafael, actuó en cabarets de Madrid, realizando más tarde actuaciones en Alemania, Bélgica y nuevamente en Ambassadeurs, Florida y Claridge, de la capital francesa.
Regresó en 1931, correspondiendo a su conjunto inaugurar el cabaret porteño Maipú Pigall, juntamente con la jazz Gregor.
Cara sucia y Cuando florezcan los rosales, fue su primer disco, grabado en 1931 para Victor. Con Martínez Paiva participó luego en las transmisiones radioteatrales de Radio París, presentándose, asimismo, en las programaciones de las emisoras Argentina, Prieto y Stentor, con las hermanas Lydia y Violeta Desmond desde 1934, y con el "chansonnier" Alejandro Fernández, grabando siempre para la casa Victor. Participó con los elementos de su orquesta, en la formación de una gigante agrupación de tango organizada por Radio El Mundo en 1936, y en la que intervinieron también con sus respectivas alineaciones Edgardo Donato, Julio De Caro, Francisco Lomuto y Augusto Berto, quienes como él la dirigieron alternadamente sobre arreglos especiales de Mario Maurano. Rodeado siempre de ejecucantantes de primera fila como Eduardo del Piano, Abelardo Alfonsín, Gabriel Clausi, Domingo Matío, César Zagnoli, José Márquez, Mario Demarco, actuó en los dancings Casanova, Armenonville y Tabarís, constituyendo, a la par de su orquesta, en 1939, un quinteto de estilo antiguo y repertorio evocativo que denominó Evocando lo Pasado y en 1953 el Sexteto de los Hermanos Canaro —con Mario Canaro— grabando para el sello Pampa. Realizó, más tarde, otras incursiones por el extranjero destacándose su viaje a Japón en 1954 con un calificado elenco de acompañantes: Hugo Baralis, Henry Balestro y Emilio González (violines), Alfredo Marcucci, Ramón Torreira y Arturo Penón (bandoneones), Osvaldo Tarantino (piano), Rufino Arriola (bajo), el cantor Héctor Insúa, la cancionista María de la Fuente y la pareja de bailarines, Julia y Lalo Bello. Fue el primer conjunto argentino que actuó en Tokio, grabando para la Odeón japonesa una serie de veinte discos. Volvió a partir de 1958, esa vez con el cantor Roberto Arrieta y la cancionista Susy Leiva, en una tournée que comenzó en Brasil y se prolongó luego a países del Pacífico y de Centro América. Compositor de nutrida obra, se destacan entre sus títulos Ahí va el dulce, Copa de ajenjo, Ave María, Varoncito, Un capricho, El pinche, El bacarat, Mano brava, Bailarin profesional, Camarada, Aquel novio, Caricias y Dolor gaucho. 

Por Horacio Ferrer.

viernes, 2 de octubre de 2009

Etta James

Etta JamesEtta James

Etta James and the Roots BandEtta James and the Roots Band


Jamestta Hawkins (Los Ángeles, 25 de enero de 1938), más conocida por su nombre artístico Etta James, es una cantante estadounidense de géneros soul y rhythm and blues.

James fue prodigiosa en su tono de voz y esto produjo que se convirtiera en una cantante de gospel, interpretando en el coro de su iglesia de barrio en Los Ángeles. Empezó a interpretar en la radio a los cinco años, bajo la tutela e instrucción del profesor James Earle Hines. Se trasladó a San Francisco en 1950, formando de inmediato un grupo con otras dos cantantes. Cuanto tenía 14 años, presentó su primera audición con el director de orquesta Johnny Otis.

Gracias a los deseos de su madre, Etta regresó a Los Ángeles para grabar "Roll With Me Henry" con la banda Otis y el vocalista Richard Berry para la compañía discográfica Modern Records. Otis al trio vocal como Peaches (más tarde, un apodo de Etta). "Roll With Me Henry" llegó a los primeros puestos de las listas de éxitos en 1955.

The Peaches se disolvió pronto y Etta siguió cantando para Modern Records a lo largo de toda la década de los cincuenta (frecuentemente bajo la supervisión del saxo Maxwell Davis). "Good Rockin' Daddy" fue otro éxito a finales de 1955, aunque otras canciones como "W-O-M-A-N" y "Tough Lover" no lo fueron tanto.

En 1960 pasó a la discográfica Chess Records de Chicago, cantando para la subsidiaria Argo. Inmediatamente, su carrera alcazó un nivel altísimo de popularidad; no sólo hizo un par de dúos con su novio (el cantante líder de los Moonglows, Harvey Fuqua), sino que individualmente grabó canciones como la apasionada balada "All I Could Do Was Cry", alcanzando lo más alto de las listas de éxitos de R&B. Leonard Chess entendió a Etta como una cantante clásica de baladas con un potencial añadido para la canción popular, e hizo que la acompañase una orquestación de violines para su grabación de los temas At Last y Trust in me en 1961. No obstante, Etta no abandonó su lado más áspero: en 1962 grabó "Something's Got a Hold on Me", con tonos de gospel, en 1963 un vibrante disco en directo (Etta James Rocks the House) grabado en el New Era Club de Nashville, y en 1966 un dueto blusístico, "In the Basementcon", con su amiga Sugar Pie De Santo.

En 1967 grabó uno de sus temas clásicos, "Tell Mama", una balada soul optimista que contrastaba con otros temas más dramáticos de la misma sesión como "I'd Rather Go Blind". A pesar de la muerte de Leonard Chess, Etta permaneció en la compañía hasta 1975, aproximándose hacia el final a la música rock.

Tras unos años difíciles, regresó en 1988 con un disco para Island titulado Seven Year Itch, que reafirmó su maestría en el soul sureño. Sus siguientes discos fueron variados, aproximándose tanto a la música más contemporánea (en 1990 con Sticking to My Guns) como a la emotividad más explícita (en 1992 con The Right Time), pasando por algunas aproximaciones al jazz y a la música navideña, como en 1998 con Etta James Christmas. Fuente Wikipedia

jueves, 1 de octubre de 2009

Carlos Montero

Carlos MonteroCarlos Montero

Carlos MonteroCarlos Montero

Carlos MonteroCarlos Montero


Juan Carlos Zamboni, verdadero nombre de Carlos Montero, nació en Buenos Aires, en 1938.
Carlos, con su corazón “siempre mirando al Sur”, es un músico y un guitarrista excepcional que, además, canta; y lo hace con eso que en el lenguaje flamenco se llama “jondura”, es decir, con una voz que le sale de lo profundo y que suena a suspiro o a desgarro del alma; voz interior percibida, en ocasiones, como lamento o quejío, y, otras veces, como confidenciaamable y amiga que adquiere, en el tono sobrio de su voz, el valor de la palabra tierna, creíble y verdadera.

En su infancia y, por supuesto, en lo que sería su futuro artístico, desempeñó un papel fundamental el barrio concreto en que nació: fue en Mataderos, barrio que en el Buenos Aires de los años treinta era un lugar fronterizo entre la pampa y la gran ciudad.
A un lado de aquel barrio –y de la casa en que nació Carlos– se encontraba el mundo y la realidad rural, con sus paisajes, sus gentes sencillas, el verde, el ganado, el gaucho y su folclore –zambas, milongas y chacareras–; al otro lado, la ciudad, el suburbio, la sed de verde, la calle, el arrabal, el bullicio, la soledad, el tango; género musical de carácter urbano y popular que el gran Discépolo definió como un pensamiento triste que se baila.
Zambas, milongas, chacareras... y tangos..., que Carlos fue integrando en su sensibilidad musical; sensibilidad reforzada, además, a través de su formación clásica, adquirida, inicialmente, en las clases particulares de guitarra que recibió en su casa, y, poco tiempo después, en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Bouchardo.
El hecho fue que Carlos a los cinco años ya tocaba la guitarra.
Su padre –también guitarrero, que formaba parte de un grupo musical llamado Alberto Coria y su Cuarteto– lo que más deseaba era que su hijo se dedicara exclusivamente a estudiar, pero, a pesar de sus deseos, no pudo evitar que Carlos, siendo aún muy niño, iniciara sus primeras actuaciones en público.
Una de aquellas actuaciones tuvo lugar el 5 de octubre de 1949, en un Gran Festival Artístico y Cinematográfico, organizado por la Asociación “11 de Setiembre”, en el Cine National Palace; festival en que se le anunciaba así: “El niño Juan Carlos Zamboni. Canto, acompañado en guitarra”.
“En casa había gran tradición –comentaba Carlos en el diario Madrid, el 6 de noviembre de 1971–. Era lógico que me entusiasmara con la música desde el principio. Pero fue un aprendizaje duro, porque había que vivir y ganar dinero.
Así, toqué en salas de fiestas y cabarés, en salones folclóricos y boites, cuando era todavía un adolescente. Por supuesto, con el permiso de mi padre en el bolsillo, por si la policía me encontraba a altas horas de la noche en la calle... Después, ingresé en el Conservatorio de Música, donde aprendí las normas de lo clásico, que afortunadamente no destruyeron para nada mi entusiasmo ni mi afición por el folclore [...]. En el Conservatorio aprendí lo clásico; la calle me enseñó el folclore, lo que cantaba y sigue cantando la gente”.
Hasta 1959, Carlos Montero –o, mejor, Juan Carlos Zamboni– participó en diversos grupos musicales y afianzó su carrera como solista ofreciendo recitales de canto y guitarra en los que interpretaba, sobre todo, temas folclóricos.
Uno de aquellos recitales fue, por ejemplo, el que dio, en Buenos Aires, el 9 de agosto de 1958, organizado por MEEBA, Asociación de Estudiantes y Egresados de Bellas Artes.
Aquel recital, en el que Carlos interpretó obras populares de Ariel Ramírez, de Oscar Valles, de Eduardo Falú y de Jaime Dávalos, fue presentado en los siguientes términos: “Nuestra música autóctona, expresión melancólica de ardiente sentir que anida en los sentimientos de los hombres de nuestra tierra, tiene un ferviente y expresivo cultor en el joven artista Juan Carlos Zamboni [...].
MEEBA, al brindarlo a la consideración del público amante de esas bellezas del espíritu, asegura a este joven ejecutante un lugar de privilegio entre los valores de ese género que encuentra hoy en Buenos Aires la cuna del nacimiento del Arte Folclórico”.
En 1959, con toda la experiencia artística acumulada, Carlos recibió la oferta de un conocido músico argentino, Hugo Díaz, para incorporarse a una compañía folclórica que estaba montando con la intención de emprender una gira por diferentes países europeos; entre ellos, Alemania, Bélgica y Holanda.
Carlos aceptó la propuesta e ingresó en aquella compañía, que, con el nombre de Hugo Díaz y sus Changos, integraban el propio Hugo, Victoria Díaz –su mujer–, Carlos, Alberto Cortez y un bailarín apellidado Ferreira.
Así fue como Juan Carlos Zamboni, ya con el nombre artístico de Carlos Montero –sugerido por el representante de Hugo Díaz–, viajó por primera vez a Europa para presentar un espectáculo al que llamaron Argentine National Tanz-Show.
Finalizada aquella gira europea, Hugo Díaz y Victoria regresaron a Argentina, y Carlos Montero y Alberto Cortez decidieron quedarse en Europa.
Esta decisión la motivó el gran éxito que en aquel momento había logrado Alberto con la grabación, en Bruselas, de sus primeras canciones; entre ellas, El sucu-sucu y Las palmeras; grabación realizada en noviembre de 1960, en la que Carlos le acompañó a la guitarra. Aquella circunstancia le permitió a Alberto darse a conocer por toda Europa, y empezar a ofrecer numerosos recitales, en los que Carlos Montero solía acompañarle.
En 1964, Alberto Cortez, tras contraer matrimonio con Renée Govaerts, fijó su residencia en España, y Carlos, siguiendo sus pasos, tomó la decisión de trasladarse a vivir a Madrid.
Durante varios años –en concreto, entre 1964 y 1971, y, posteriormente, siempre que se lo solicitaron–, Carlos, vinculado totalmente a la canción de autor, llegó a convertirse en uno de los más importantes arreglistas de la época; por ejemplo, prestó su sensibilidad, su maestría y su sabiduría musical a artistas como Alberto Cortez, Luis Eduardo Aute, Mari Trini, Patxi Andión, Gontzal Mendibil, Jerónimo Granda, Adolfo Celdrán, Mestisay, Luis Pastor, Pablo Guerrero, Carlos Cano y muchos más.
En 1971, tras todo ese recorrido musical, decidió grabar su primer disco, con el fin de reivindicar y actualizar el auténtico folclore de su país natal. Aquella fue una aventura apasionante, gracias, entre otras razones, a su encuentro con el poeta argentino José Alberto Santiago –ganador del premio de poesía Leopoldo Panero, y hoy lamentablemente fallecido–, que llegó a convertirse en su cómplice literario inseparable.
“Yo siempre tuve ganas de hacer un disco –le comentaba Carlos a Alberto Míguez, en la entrevista al diario Madrid antes citada– He trabajado en varias casas de discos y estoy muy relacionado con el ‘medio’. Pero necesitaba una persona que compartiera mis propias inquietudes. Yo soy un mal letrista; no soy escritor, soy músico. Hasta que un día conocí por casualidad al poeta José Alberto Santiago, que compartía mis propias inquietudes pero desde otra perspectiva: la de la literatura. Él buscaba una persona que pudiera musicalizar sus poemas. Yo buscaba una letra adecuada para mis músicas. Comenzamos a reunirnos y hablamos largo rato”.
“Primero, surgía el tema poéticamente, y, después de muchas tentativas, tensiones, discrepancias, iban saliendo la música y la letra al unísono. No se trataba, pues, de dos realidades autónomas que llegaban a unirse, sino de un solo acto de creación, realizado al mismo tiempo por dos personas. Después de la reunión, cada uno se iba a su casa y revisaba, mejoraba los textos y la música. Claro que no todas las tardes fueron inspiradas. Nos pasamos muchas horas en blanco, sin saber qué escribir ni qué inventar. Otras eran, por el contrario, tremendamente fecundas. Dependía del estado de ánimo y de la inspiración”.
Así fue como nacieron los tres primeros discos de Carlos Montero; tres obras inolvidables que se convirtieron en documentos sonoros básicos para entender y para disfrutar de la auténtica música popular argentina.
El primero se llamó De la huella (Movieplay, 1971), disco en el que, además de las canciones compuestas sobre textos de José Alberto Santiago, Carlos incluyó el tema Hacia la ausencia, de Jaime Dávalos y Eduardo Falú, y una preciosa zamba basada en un poema de Patxi Andión. Con ese disco ya en el mercado, Carlos Montero participó en el Primer Festival Internacional del Poema Musicado –también llamado Festival del Fuego–, celebrado en septiembre de 1972, en el Club Entrepicos, de la sierra madrileña.
En aquel festival, Carlos y José Alberto obtuvieron el primer premio con el tema Zamba de la pensión; canción que grabó y editó Movieplay en un single, y que inmediatamente adquirió una gran popularidad.

Los otros dos discos de Carlos, creados en colaboración con el poeta José Alberto Santiago sobre temas del folclore argentino actualizados, fueron los titulados De las raíces (Movieplay, 1973) y De allá lejos y este tiempo (Movieplay, 1976).
Sobre el valor musical y poético de estos discos resulta muy interesante el contenido de la carta que le escribió el poeta Félix Grande a Julio Cortázar, residente en aquel entonces en París, que apareció publicada en la carpeta del segundo LP de Carlos Montero –De las raíces–, y de la que me voy a permitir reproducir un fragmento:
“José Alberto Santiago –escribía Félix Grande– sigue dándole al verso, por aquí anda, y en una de ésas acertó en todo el centro a unas cuantas letras de zamba, milonga, chacarera, vidala y, sobre todo, claro, de vidalita irreparable; y como a veces es verdad que nada importante se pierde, apareció Carlos Montero, un porteño de Mataderos (¡de Mataderos, che!), agarró esas letras tan verdaderamente argentinas que hasta llevan entre sus versos unos años de expatriación, y amando mucho a su lejana partida de bautismo diseminada por toda aquella patria de provincias inmensas y caudillos norteños y del folclore impresionante, y usando de su voz que es a la vez ingenua y profesora, que es a la vez tierna y viril (si vieras qué cantor de tangos), y manejando una técnica guitarrística de estudioso del corazón, y creando melodías alucinadas, hizo con todo ello unos discos, que son, también, una partida de bautismo, un lenguaje; por eso tú, Julio, parsimonioso catador de lenguajes, imagina que en dirigible umbilical y misteriosamente llegué a París, que en silencio y sin llave y sin llamar entré en tu casa, que eché a andar este disco que se llama De las raíces con precisión tumultuosa, y que sin hacer ruido me fue cuando empezaba a sonar esa Zamba de la pensión insoportablemente hermosa o esa excepcional vidalita que ahora tú empiezas a oír desde la almohada insomne, y te levantas, y te acercas hasta esta música, y escuchas solitario, y empiezas a preparar el mate, y fumas en la oscuridad deseando suerte para vivir a estos poetas, a estos dos camaradas americanos que giran, giran, giran su amor y su nostalgia y su profundidad en este disco incontenible”.
Paralelamente al trabajo creador que hemos analizado, en el que Carlos realizó la reivindicación y la actualización del auténtico folclore rural de su país, también se propuso la necesaria recuperación de la esencia de otro género de la música popular argentina de carácter más urbano: el tango; recuperación personalísima y dignificadora que calificó como Tangos a mi manera, nombre del primer LP, grabado en 1973 por Carlos Montero y dedicado exclusivamente a ese género.
En la contraportada de la carpeta de aquel disco, Carlos escribía:
“Quiero dejar constancia de que el tango es una parte más de la música popular argentina y de que Buenos Aires es otra de las muchas regiones que le dan variedad y riqueza al folclore.
Por todo esto y a mi manera, quiero rendir un homenaje a aquellos hombres que, alrededor de los años treinta, comprendieron el peligro de la comercialidad y la cursilería que rodeaba al tango.
Gracias a sus obras, podemos gozar hoy de su autenticidad y también del peculiar lenguaje que aún se mantiene, ¡lo único quizá!, y que les da a los porteños esa particularidad que distingue a los pueblos con propias y entrañables raíces”.
Homenaje que en Tangos a mi manera se traduce en la exaltación de grandes nombres propios como Homero Manzi, Aníbal Troilo, Enrique Santos Discépolo y Mariano Mores, y en piezas hermosamente inolvidables como Cambalache, Cafetín de Buenos Aires, El último organillo, Malena, Sur y Che bandoneón.
Catorce años más tarde, sin dejar de trabajar como compositor y como arreglista, y de acompañar a la guitarra a muchos de los compañeros artistas antes citados, Carlos grabó y publicó una nueva obra, titulada Y sigo con los tangos... (Saga, 1987).
En aquel disco volvió a hacerse presente la obra de Discépolo con temas como Esta noche me emborracho, Victoria y Yira yira; y, junto a él, otros grandes creadores argentinos como Homero Expósito, Nicolás Olivari, Homero Manzi o Eladia Blázquez.
Apartir de aquel momento, la presencia discográfica de Carlos, interpretando tangos, fue permanente. Entre sus discos figuran los siguientes:
Con el tango en el bolsillo (Saga, 1989) –en el que incluye, por ejemplo, el tema Setenta balcones, de Piazzolla y Baldomero Fernández Moreno–, Perfil de tango (RTVE-RNE, 1990), un segundo disco titulado Tangos a mi manera (RTVE-RNE, 1990) –ilustrado con un magnífico retrato de Aute– y Naturalmente, tangos (Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001).
Luis Eduardo Aute, refiriéndose a esa pasión que Carlos Montero siente y sabe transmitir con el tango, y, en general, a su extraordinaria personalidad como músico y como guitarrista, realiza este comentario:
“Me propuse conocer a Carlos, allá por el 68, después de haberlo escuchado tocar la guitarra, acompañando a otro compañero, en un programa de radio. Carlos tocaba, y toca, la guitarra como a mí me hubiera gustado hacerlo, por eso llegué a la urgente necesidad de conocer a aquel extraordinario guitarrista. A partir de aquel encuentro, se inició una amistad que daría como fruto toda una serie de discos, mis primeros discos, que contaban con la imprescindible colaboración de Carlos. Todos los arreglos de aquellas canciones eran arreglos suyos. Eran trabajos de difícil clasificación porque intentaban a toda costa salirse de la norma instrumental de aquellos años. Ahí están, como testimonio de aquel trabajo, discos como 24 canciones breves, Rito, Espuma, Sarcófago o Babel.
Pero, probablemente, la faceta oculta de Carlos, faceta que me descubrió algún tiempo después (pudores estúpidos del genio...), era la de cantante de folclore argentino y de tangos. [...] Los tangos, en la guitarra y en la voz de Carlos Montero, adquieren una nueva dimensión... Se transforman en canciones intimistas, llenas de matices que apuntan hacia nuevas vibraciones poéticas y musicales, a esa manera de entender la canción. Discépolo, Manzi, Cátulo Castillo, Cadícamo, Expósito, se descubrían, a través de la personalidad de Carlos, como los más grandes entre los grandes de la canción.
“Debo confesar, con toda sinceridad –continúa diciendo Aute–, que gracias a Carlos y sus tangos, abrí los ojos y los oídos a una ‘esencialidad’ de la manera de escribir canciones. Gracias a esos tangos..., a la manera de Carlos, empecé a aprender, y todavía sigo en el empeño, el muy difícil oficio de juntar palabras y acordes musicales con el fin de ser cantados”.
Por su parte, Moncho Alpuente, al hablar de Carlos Montero, en 1990, escribió lo siguiente:
“Carlos Montero sabe que el tango anida en los rincones oscuros de bulevares y plazuelas, folclore bastardo que se nutre de sombras, de mujeres fugaces que dejaron su huella en el empedrado. Su guitarra conjura los espíritus del tango y la milonga, al otro lado del Atlántico, y sus espíritus responden porque el viajero es un iniciado en los misterios que destilan las seis cuerdas. Su voz, como un susurro de aguardiente y nostalgia, repasa las lejanas geografías de Buenos Aires. [...]
“Carlos Montero, contemporáneo y sabio, traspasa las fronteras del tiempo y del espacio con su canción eterna, melodía de arrabal, de todos los arrabales del mundo en los que reina resucitado por su ensalmo S. M. el Tango”.
De Carlos Montero debemos decir, por último, que, en 1990, fue galardonado con el premio Gardel de Oro, otorgado por el Centro Cultural Argentino del Tango, en Buenos Aires, y que ha sido director y presentador, en Radio Nacional de España, del programa titulado La noche que me quieras. Fuente Fernando G. Lucini