Ciriaco Ortiz(Centro) con Spina y Menendez sus guitarras en el Trio
Ciríaco Ortiz en 1933, con los músicos de su orquesta Los Provincianos. Entre ellos, Benjamín Holgado Barrio y Nicolás Pepe.
Ciríaco Ortiz en marzo de 1938
Círiaquito a los diecisiete años,cuando integraba la orquesta de Juan Carlos Bazán.
Ciríaco Ortiz en 1933, con los músicos de su orquesta Los Provincianos. Entre ellos, Benjamín Holgado Barrio y Nicolás Pepe.
Ciríaco Ortiz en marzo de 1938
Círiaquito a los diecisiete años,cuando integraba la orquesta de Juan Carlos Bazán.
ORTIZ, Ciríaco. (Nombre de familia: Ángel Ciríaco Ortiz Barrionuevo).(2 de agosto de 1908 - 9 de julio de 1970) Músico. Bandoneonista. Director. Compositor.
1. — El personaje. "Mi viejo era muy bueno para los cuentos", suele recordar para explicar de algún modo como si fuera un linaje familiar del ingenio, su propia facundia de infatigable forjador de ocurrencias. Y por cierto que no sería posible penetrar en su originalidad de artista, en su creación de músico, en su indiscutible condición de estilista del bandoneón, prescindiendo de esa gracia eternamente lozana de su espíritu, tan capaz de retratar a los demás —o de retratarse a sí mismo— en las cuatro o cinco frases del chiste que pinta gente o descubre actitudes. Medio paisano y medio porteño, su chispa parece cernida entre la sabiduría de Vizcacha y la picardía observadora de algún personaje de Vaccarezza. —
2. — El músico. Con decir que sería absolutamente imposible pautar en un pentagrama lo que él hace con la frase musical en su instrumento, queda expresada la siempre inesperada riqueza de su temperamento de intérprete; y con ello la esencial originalidad de su estilo. Cuando apenas adolescente asoma entre los grandes fueyes, impera —todavía—el tecnicismo asombroso del "alemán" Bernstein, la fuerza conductora de Arólas, la modalidad un poco antigua de Maglio y apuntan la plácida calidad, la pureza sonora del joven Maffia y el virtuosismo del casi niño Carlos Marcucci. Lo que él trae nada tiene que ver ni con aquéllos ni con éstos. Hay desde el principio en su forma de frasear, de dividir la melodía, de acentuar, de matizar, de armonizar, de poner un mordente, un octavado, una apoyatura, en su manera de sentir el "tempo rubato", una novedosa reminiscencia de punteo guitarrístico de milonguero criollo. Hay sí, cierto perfume de "payada" en su invención de ejecutante que sin alterar la melodía natural de cada obra la penetra, la revela, la recrea, casi como si instrumentalmente, lograra cantar también los versos del tango que toca. Y así, pasa sin transición de la "guiñada" musical a la melancolía; del ensimismamiento al "chamuyo"; del diminuendo delicadamente realizado sobre una sola nota a la variación fraseada. Acaso por esta misma condición de su estilo —un 'preciosismo que tiene menos que ver con la mecánica bandoneonística que con una "polenta" temperamental inimitable no ha tenido continuadores, aunque se alcance a percibir su influencia en otro estilista de tan admirable contenido creador como Aníbal Troilo.
3. — Biografía. Hijo de los también cordobeses Ciríaco Ortiz y Martina Barrionuevo, nació en la ciudad de Córdoba el 2 de agosto de 1908. Su padre, dueño del famoso "boliche de don Ciríaco" tocaba bandoneón en un instrumento de dos octavas; de él aprendió las primeras nociones de ejecutante como lo hicieron luego sus hermanos menores Roberto —ya fallecido— y Raúl. Las primeras presentaciones en público las cumplió en el negocio paterno, donde además de tocar con precoz dominio los tangos de moda, solía improvisar temas a los que iba ornamentando con toda clase de "rellenos", de dibujos y de variantes. Su nombre de infantil virtuoso del fueye se hizo muy popular en las romerías españolas que se celebraban en "la quinta de López"; en los baile V de carnaval para los que formó su primer conjunto, en el café El Plata, y en el bar Victoria, palco donde actuaban los grandes bonzos porteños del tangos y en el que compartió lucidas ejecuciones con el piano de Juan Carlos Cobián y el violín de Mario Brugni. En ocasión de presentarse Roberto Firpo con su agrupación en Córdoba, enfermó Pedro Maffia que era primer bandoneón; él fue llamado para reemplazarlo. Corría 1920 cuando las mentas de su juvenil cansagración empezaron a llegar a Buenos Aires. Así fue como Juan Carlos Bazán lo mandó a buscar para integrar la orquesta que formaba, a fin de tocar en las veladas veraniegas del casino marplatense —que funcionaba entonces en el Club Pueyrredón—. De Mar del Plata no volvió a Córdoba; se quedó en Buenos Aires. En noviembre de 1925 al constituir la empresa de discos fonográficos Víctor su propio elenco orquestal para la ejecución de tangos, él fue convocado para integrarla. Y durante esa misma temporada se estableció como director: con Elíseo Ruiz (piano), Marcos Larrosa y Juan Ríos (violines) y Nicolás Di Massi (segundo bandoneón), debutó en el cine Gaumont a cuya cartelera su nombre estaría asociado hasta 1931. Dos años después —1927—, se presentó por primera vez en radiotelefonía en los programas de Radio Cultura, constituyendo —poco después— su famoso trío, con las guitarras de Spina y Menéndez. Rancho viejo fue el tema de su primera versión para el disco en Víctor, en 1929. Colaboró luego con el sexteto de Vardaro-Pugliese en 1931, cuando las actuaciones de dicho grupo en el cine Metropol de la calle Lavalle.
Al año siguiente dio a conocer su primera obra de compositor —editada por don Alfredo Perrotti— con letra de Celedonio Flores Atenti pebeta. Con Aníbal Troilo y Horacio Golino (bandoneones), Elvino Vardaro y Manuel Núñez (violines), Orlando Carabelli (piano) y Manfredo Liberatore (bajo) formó a la sazón su orquesta Los Provincianos
Acompañó a Tito Schipa, e integrando el conjunto de Francisco Canaro secundó a Carlos Gardel en las últimas grabaciones de éste en estudios argentinos. Hacia 1935 ya vinculado a la recién inaugurada Radio El Mundo (en la que actuó por veinte años) compartió con Cayetano Puglisi (violín), Antonio Rodríguez Lesende (vocales) y Juan Carlos Cobián —luego Carlos Di Sarli—(piano), el Trío N? 1. En 1936 fue primer bandoneón invitado y solista de la agrupación gigante que Cobián compuso para los bailes de carnaval del Politeama, y dirigió nuevamente su propia alineación en las suntuosas veladas de la boite Charleston de Florida al 900. En 1937 con Pedro Maffia, Pedro Laurenz, Carlos Marcucci y las presentaciones de Hornero Manzi integró Los Cinco Ases Pebeco de actuación en Radio Stentor, y con Julio Francisco De Caro, Carlos Marcucci y Elvino Vardaro tocó en el quinteto Los Virtuosos presentado en LR1, en la película Así es el Tango, y en cuatro fases de discos Victor. Alternó desde entonces su labor como director de orquesta con la de su terceto, en el que —luego de Spina y Menéndez— tuvo sucesivamente a las guitarras de Francia, Grela, Vila, Baudiño, Márquez, Zaldívar, Davis, Bruso, Ochoa y De Lío. Rodríguez Lesende, Susy del Carril y Juan Carlos Miranda fueron voces de su orquesta y en 1950, al grabar para la casa Pampa lo secundaron en su sexteto los destacados Elvino Vardaro, Hugo Baralis, Jaime Gosis y Federico Scorticatti. Fue solista absoluto de bandoneón de la primera orquesta de Mariano Mores; compartió actuaciones con Lucio Demare (Radio Belgrano, boite Stop); con Horacio Salgan (club Jamaica), y fue figura del espectáculo Tango en el Odeón estrenado en 1963. Tomó parte en el rodaje de la película Fin de Fiesta, dirigida por Torre Nilsson y del mediometraje documental Fueye Querido, realización de Mauricio Berú. En mayo de 1969 integró el elenco inaugural de El Viejo Almacén, acompañado por la guitarra de Edmundo P. Zaldívar (hijo). Sus tangos: Nena (con Bazán) y Sueños (con Cárdenas), ambos grabados por Gardel; Corazón —grabado por Julio De Caro—; Lobo (con Rubinstein); No me preguntes nada y Otros tiempos y otros hombres (con Cadícamo); Cuando estés muy lejos y Lo mismo que antes (con "Katunga" Contursi); Luz (con Hornero Manzi) y además Charlatán, Llora, Hermanita, Puro grupo, Te condeno a vivir, Cosas de la vida, Negrucha, Entre copa y copa. Sus valses: Bonita, Soledad, el paso doble Rebeca. Los compositores Di Bello y Oserin le dedicaron un tango que llevó al disco el conjunto de Jorge Fernández, A Ciríaco Ortiz. Se desempeñó en varias oportunidades como miembro del directorio de SADAIC, de la que es el socio n° 28.
Por Horacio Ferrer.
Editado y compaginado por El tango y sus invitados