domingo, 19 de abril de 2015

Atilio Cavestri (Tito) Semblanza

Atilio Cavestri (Tito)

Atilio Cavestri (Tito) excelente músico rosarino, nació el 27 de marzo de 1910. En su niñez encontró un juguete y amigo que lo acompañará toda su vida llamado ACORDEÓN.
A los seis años de edad, su padre Don Alfredo Cavestri, le pone en sus manos su primer acordeón. La profesora Laura Martinengo, sería quien le ayudaría a develar los misterios del pentagrama y la técnica acordeonística. Para perfeccionarse estudia piano, de cuya técnica se encargaría el profesor José Francisco Berrini. En 1932, recibiría el diploma y las felicitaciones de los profesores Luis Fernández, Jacinto Ortígala y Clemente Sismondo.


A los quince años debuta en radio, acompañando entre otros a Marcos Redondo. Cario Butti, García Guirao, etc., pero Cavestri y su acordeón eran amigos inseparables: a los 19 años ya sabía del aplauso de los bailarines y su nombre y su arte trascendía aún más a través de las actuaciones en la emisora que hoy es LT3. En el año 1935, funda el cuarteto América que tuvo trayectoria y vigencia durante muchos años. El día que fueron invitados por primera vez para actuar en radio, el locutor les preguntó cómo se anunciarían, se miraron los cuatro y no sabían que decir; nervioso, uno de ellos saca un paquete de cigarrillos y se pone a fumar; los cigarrillos eran de la marca "América", saliendo del paso dijeron Cuarteto América, y así quedó.
Infinidades de actuaciones en bailes, festivales, marcaron un estilo con impecables ejecuciones de los temas populares con que en su maravilloso acordeón Cavestri deleitaba a sus seguidores.
También formó parte, como director, de la Jazz Rioplatense y de la Típica Porteño, que animaban los bailes de carnaval en el "Real Cine", de Oroño y Salto, en los años 1937/38/39.
Años después se conocen con Nobleza Cassini y descubren que sus destinos tenían una misma identidad en la música, en el canto y en el amor Juntos comienzan un largo camino empedrado de éxitos, aplausos y fama.
Atilio Cavestri llega a grabar con su conjunto junto a Waldo de los Ríos. Es profesor de piano de su sobrino Lito Escarzo. Compone y graba infinidad de temas musicales. Reconoce a Myron Floren e ivette Horner como virtuosos del acordeón, aunque declara ser un profundo admirador de Art Van Damme. Tres décadas de actuaciones consecutivas en Rosario, innumerables giras por el interior del país y sus múltiples grabaciones han dado a Atilio Cavestri un prestigio que se afirma y prolonga en su auténtica capacidad de intérprete.
Su trayectoria lo señala como una figura señera dentro del movimiento musical en la segunda capital de la República Argentina. Ningún otro intérprete ha igualado en popularidad y ha hecho una verdadera escuela entre la mayoría de los acordeonistas surgidos en esa ciudad. Por su conservatorio pasaron más de trescientos alumnos. El reconocimiento de los méritos artísticos de este excepcional intérprete viene desde antiguo y ha alcanzado proyección internacional, ya que en 1947 fue consagrado por radio Internacional de Nueva York, como el tercer acordeonista del mundo, escoltando nada menos que a Ivette Horner y a Myron Floren.
Atilio Cavestri se ha distinguido como notable pianista, habiendo ofrecido cuatro conciertos con la Orquesta Sinfónica de Rosario, interpretando, Concierto N° 1 de Grieg, Rapsodia en Azul, Concierto en Fa de Gershwin. Concierto N°1 de Tchaicovsky, obras de Chopin, donde puso de manifiesto toda su calidad de intérprete.
Ejecutaba tanto el acordeón como el piano con igual facilidad, y su estilo agradable ha hecho que Cavestri sea muy solicitado para la animación de fiestas en Rosario y alrededores.
En Buenos Aires en abril de 1952, se presentó en LR3 Radio Belgrano presentado por Herminio Baggini. También en diciembre de 1957 se presenta en Canal 7, y otra vez en radio Belgrano.
El 10 de noviembre de 1989, un ángel llamó a su puerta y lo invitó a tocar para Dios. El no pudo resistir a semejante pedido y partió al más allá, dejándonos sin su presencia física, quedando aquí entre nosotros, su música, su bondad y su continuo recuerdo.
Fuente Acordeonisima
Editado compaginado por El tango y sus invitados