miércoles, 7 de agosto de 2013

Gustavo Toker

Gustavo Toker

Gustavo Toker: Un fenomenal salto artístico y estético ha dado Gustavo Toker desde aquellos comienzos de los años 80, cuando integraba el quinteto de Luis Borda. Se anunciaba entonces el músico de talento impar que buceaba en la música de Buenos Aires.

Y ya a mediados de los 90 Toker daba fe de una formidable evolución tanto técnica como interpretativa en el campo de la música ciudadana, a través de sendos discos editados en Holanda, donde se había radicado.



En este país de paradojas Toker no había sido invitado -salvo una rauda y esporádica actuación en 1992- para mostrar su arte en nuestros escenarios, pese a que se organizaban aquí sucesivas reuniones nacionales e internacionales de tango.

Hoy aparece por primera vez en público, luego de tres lustros de voluntario y también forzoso exilio. Clásica y Moderna es el recinto adecuado para recoger los frutos de la prolífica inspiración del compositor y sus honduras interpretativas.

Como una alegoría de esta presencia, Toker inicia el reencuentro con "Volver". Es una versión que busca aproximarse a aquella de Troilo-Piazzolla de 1971. Rallentando , cargado de acordes suspendidos y frases entrecortadas asoma el tango de Gardel-Le Pera. De pronto estallan los arranques juveniles y la mano izquierda comienza su descomunal tarea de pergeñar armonías inesperadas.

Será sólo una de las facetas del bandoneonista. La segunda llega con "La casita de mis viejos" en arreglo de Piazzolla. La sólida mano izquierda y la poderosa derecha plasman interpolaciones, desgranan elasticidades y tejen sutilezas a la bellísima página de Cobián-Cadícamo.

El otro costado de Toker es su aproximación a la música folklórica. Su zamba "Los viejitos", dedicada a sus padres, lo muestra cercano al estilo tradicional. En su esquema caben contracantos que la enriquecen.

Hay un cuarto flanco, posiblemente el más elaborado y sabroso -quizás el más afín a su personalidad-, que es la milonga. Toker ha escrito ésta, titulada "La monada", que es una milonga-candombe, de ritmo incisivo, avasallante, pero no atropellada. En ella se cuela el aliento creativo e interpretativo del bandoneonista.

Quiso Toker compartir su regreso con la pianista Carina Juni.

La primera incursión es por su tango "Los que se fueron" en homenaje a sus predecesores. El tema es un tangazo poderoso, canyengue y canónico, que restalla en síncopas, que recoge hálito antiguo y que vuela en ricas melopeas. Le sigue "El duelo", un malambo de Toker de ritmo inquietante y acentos irregulares y desafiantes que parece representar la lucha de dos contrincantes. Es otra muestra de la originalidad de la idea y de la escritura contrapuntística. Como contrapartida llegará su vals "Más que el primer día", donde el creador bucea en las raíces. El ritmo recoge lo más entrañable de los valsecitos criollos que navegan entre la ensoñación y la melancolía.

Cada nuevo paso de este encuentro nos depara sorpresas, como esta de su milonga porteña "Eramos tan jóvenes", en cuyo arrebato caben insólitas complejidades rítmicas.

Toker sabe que el arte cumple acabadamente su misión cuando emociona y se convierte en imponderable. Por eso regresa al Piazzolla de los arreglos originales para bandoneón. Hubiera bastado que nos regalara estas dos obras transfiguradas por el genio de Astor: "En las sombras" y "Loca bohemia", para aprehender sus magníficos vuelos interpretativos. Toker ilumina nuevamente, con aquellos antológicos fraseos, la belleza de un melodismo inédito engarzado en el esplendor de opulentas armonías.

No satisfecho con haber alcanzado estas cumbres, Toker entregará una de sus obras más densas y bellas: el atípico tango "Astor que estás en los cielos". Acuciantes ráfagas de milongas, giros incisivos, ostinatos arrolladores que se trastruecan en desgarrante melodismo están anunciando que el elan piazzollano se abre con Toker hacia nuevos horizontes.

El regreso de Toker se prolongará en otras milongas, ora lúdicas, ora polirrítmicas; de raptos añejos, de giros evocativos o con nuevos contrapuntos. Siempre dando fe de que proliferan las enjundiosas ideas y los inspirados desarrollos. Carina Juni en piano aportará no solamente su impecable pianismo sino también su garra y su versatilidad. Ella es también parte de las sorpresas.

Gustavo Toker sale victorioso de este primer desafiante regreso a los escenarios de Buenos Aires. Su musicalidad arrebatadora merece muchos oídos sensibles y atentos. .
René Vargas Vera en la Nacion
Editado y compaginado por El tango y sus invitados